El Xerez dijo adiós como local en un partido marcado por la surrealista actuación del árbitro, triste protagonista del encuentro.
En los primeros minutos el Xerez salió con desparpajo y llevando el peso del partido, pero no era capaz de crear ocasiones. A la Roteña se le veía algo nerviosa por la responsabilidad de lograr el ascenso. No triangulaba con acierto, pero en el área de Miguel creaba peligro con las incursiones de Jairo o Expósito.
A los 22 minutos llegaría el primer gol del encuentro. Un fallo en el centro del campo del Xerez fue aprovechado por la Roteña, que en una combinación entre Jairo y Expósito ponía el 0-1 con una gran defición de éste.
No se puede decir que fuera justo porque, hasta ese momento, los visitantes no habían hecho más méritos. Pero, como ha sucedido en otros partidos, a los rivales les basta con muy poco para hacerle daño. Y acto seguido, un minuto después, llegaría el segundo tanto. Felipe lanzó una falta desde el centro del campo y el balón entró en la portería de Míguel, que midió muy mal en su salida.
El Xerez se descompuso con el segundo tanto. Ya no era incapaz de dar tres pases seguidos y a la Roteña le bastaba con pegar un pelotazo para crear inquietud en la defensa azulina.
En los últimos minutos del primer periodo el equipo de Mendoza mejoró y dio una mayor sensación de peligro. Daza pudo hacer el 1-2 tras el saque de una falta, pero su disparo raso con la izquierda lo detuvo el guardameta de Rota.
El inicio de la segunda parte estuvo marcado por la doble expulsión de Caro y Rafi en una acción en la que se agredieron mutuamente y que derivó en un enfrentamiento de varios jugadores, afortunadamente sin consecuencias. Simplemente provocó que el juego se detuviera durante algunos minutos.
Miguel evitó el tercer tanto de la Roteña con una buena parada en un lanzamiento directo de Felipe después de que el colegiado interpretara que el portero local había tocado el balón con las manos fuera de su área.
El árbitro se erigió en el protagonista al expulsar a Barragán e Israel en una acción en la que empujó al capitán xerecista, que le estaba protestando que le mostrara la segunda amarilla. Dijo que había recibido el impacto de un objeto y que suspendía el partido hasta que llegara la policía nacional al campo, algo que sucedió 15 minutos después.
El Xerez tenía ocho jugadores en el campo y dos goles en contra. A partir de ese momento hubo una especia de pacto de no agresión entre los dos equipos. Bastante tenían con aguantar el calor como para entrar en disputas con la diferencia en el marcador y con la superioridad numérica de los roteños. Miguel hizo una buena parada a disparo de Expósito en una de las escasas ocasiones vistas en la segunda mitad.
Pero era tanta la diferencia y el desconcierto reinante, que Pablo Niño hacía el 0-3 sin que nadie le marcara en el área azulina. Corría el minuto 78 y lo mejor es que el tiempo pasara lo más rápido posible.
La cosa empeoró un poco más cuando el colegiado pitó un penalti en contra del Xerez que marcó Pablo Niño a nueve minutos del final. La jugada había sido un derribo de Miguel sobre Almadana. Un horrible final para una temporada olvidable.