La final del torneo Clausura de Honduras comienza mañana con el partido de ida entre los eternos rivales y vecinos, Motagua y Olimpia, que además será un duelo entre los técnicos argentinos Diego Vásquez y Héctor Vargas.
El partido de mañana se jugará en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, sede de ambos equipos, con capacidad para unas 35.000 personas, a las 19.30 hora local (01.30 GMT del martes).
El Motagua espera hacer valer su condición de local en el primer partido para tomar ventaja ante el Olimpia, un rival que ha ganado 28 campeonatos desde que se fundó la Liga Profesional de Fútbol en 1965.
Vásquez, otrora portero del Motagua, comentó en la víspera del partido que su equipo está "listo" para jugar ante "un rival difícil" y alzarse con su segundo campeonato consecutivo.
Para el Motagua, que se caracteriza por un buen fútbol, rápido y ofensivo, la final no solo tiene el aliciente de medirse con el equipo más popular de Honduras, sino la necesidad de volver a levantar la copa, la que en caso de ganarla sería la número catorce en su escaparate.
Vargas considera que ambos equipos "están parejos" y en la víspera comentó que el Motagua es un rival "fuerte", pero que su equipo buscará lograr "un buen resultado".
El Motagua llegó a la final después de eliminar en semifinales al Victoria, que fue tercero, y el Olimpia hizo lo propio con el Real España, que fue sexto.
Esta es la séptima final que los dos equipos disputan en los últimos 20 años. Cinco las ha ganado el Motagua y la otra el Olimpia.
Los blancos del Olimpia, también de Tegucigalpa, ganaron el derecho de jugar la vuelta en casa por haber quedado en el primer lugar en la primera fase, en las que el Motagua fue segundo, pero los olimpistas analizan hacerlo en San Pedro Sula, el próximo domingo.