Las calles, plazas y jardines de Varsovia, que acoge este miércoles la final de la Liga Europa, se han teñido del rojo de la equipación con la que el Sevilla jugará esta vez el partido y del celeste que representa al Dnipro ucraniano, a través del colorido que sus hinchas están dando a la ciudad.
La capital polaca está volcada con la final de la segunda competición continental y por todos los sitios, en especial en el centro histórico y en las inmediaciones del Estadio Nacional de Varsovia, se respira un gran ambiente futbolístico, propio de las grandes citas.
El martes arribaron las expediciones oficiales de los finalistas a Varsovia, capital desde hace más de cuatrocientos años de Polonia, que fue devastada durante la II Guerra Mundial y luego reconstruida, y también lo hicieron varios cientos de aficionados de ambos equipos, aunque el grueso de los hinchas han llegado este miércoles.
Ya el martes se veían a seguidores del Sevilla y del Dnipro por las calles varsovianas y se oían cánticos de animación a sus respectivos equipos, aunque ha sido en esta jornada cuando la afluencia de aficionados ha sido total, procedentes de vuelos desde Sevilla y llegados principalmente por carretera de Dnipropetrovsk, dada la cercanía entre Ucrania y Polonia.
La expectación ahora es máxima a la espera de la final, aunque cada equipo tiene una zona delimitada en la capital polaca para concentrarse, según lo establecido por la organización.
El punto de encuentro de la afición sevillista, representada en Varsovia por unos 7.500 seguidores que han tomado 32 vuelos desde la capital andaluza más otros que han viajado por otros medios, está situado muy cerca del estadio, en la orilla este del río Vístula.
Así, en la calle Francuska, zona cercana a bares, restaurantes y tiendas, se concentran varios miles de sevillistas, que, entre cánticos de ánimo y la degustación de viandas y bebidas, sueñan con ganar su cuarto título de la Liga Europa -antes Copa de la UEFA-.
La zona para la afición ucraniana está ubicada en la otra margen del río, algo más alejada del Estadio Nacional de Varsovia aunque ambas cercanas al centro histórico de la ciudad.
A pesar de la delimitación de estas áreas para cada afición, además de que hay otra zona para aficionados neutrales en la plaza del Castillo, en realidad es normal ver a españoles y ucranianos juntos y en buena armonía por el casco antiguo de la capital polaca.
En medio de un gran ambiente, con sus camisetas, bufandas y banderas blanquirrojas los del Sevilla, y de color azul celeste los del Dnipro, los seguidores de ambos equipos están coincidiendo en las visitas a los monumentos y lugares más turísticos y emblemáticos como el Palacio de Cultura y Ciencia, la Ruta Real, el monumento al levantamiento del Gueto judío durante la guerra o el Museo Chopin.
La fiesta y la alegría es la nota dominante en las zonas reservadas para las aficiones y en las inmediaciones del Estadio Nacional, donde, además de estrictas medidas de seguridad, hay voluntarios de la organización para informar sobre las rutas de acceso al campo, los transportes públicos disponibles y datos básicos sobre Varsovia.
El martes llovió ligeramente en la capital polaca, donde hoy el día sigue nublado y hay una gran humedad, aunque la temperatura es de entre 12 y 14 grados centígrados a primera hora de la tarde, y se mantendrá así hasta la hora de comienzo de la final (20.45).
Mientras, los equipos del Sevilla y del Dnipro están concentrados en sus respectivos hoteles, ajenos al bullicio de sus aficiones y a la espera de la hora del traslado al Estadio Nacional de Varsovia.