La Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte se reunirá este lunes en Madrid para analizar los hechos ocurridos durante la final de la Copa del Rey, en Barcelona, en la que se produjo una sonora pitada durante la interpretación del himno español.
La reunión, según un comunicado de la Presidencia del Gobierno emitido anoche, tiene el objetivo de "proceder a denunciar las actuaciones inconvenientes y, en su caso, proponer las sanciones que fueran procedentes, en aplicación de la vigente legislación, cuyos principios deben ser preservados".
Fuentes del Consejo Superior de Deportes indicaron a Efe que la reunión de la Comisión empezará previsiblemente por la mañana y que durante la tarde se convocará una conferencia de prensa para informar de las decisiones adoptadas.
El presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, ya había advertido el pasado miércoles de que Antiviolencia analizaría "la posibilidad de imponer las sanciones que procedan si se dan hechos contrarios al ordenamiento jurídico", al tiempo que destacó que "todos los himnos, sea cual sea la competición deportiva nacional o internacional que se dispute, deben ser respetados en un ambiente cívico y educado".
Cardenal explicó que en el supuesto de que los aficionados pitasen el himno español existiría "una responsabilidad individual de las personas que puedan llevar a cabo este comportamiento" y que en el "ámbito disciplinario deportivo" la Comisión Antiviolencia "apurará todas las opciones que la legislación concede respecto al organizador del evento y los equipos participantes".
Tanto el Athletic Club como el Barcelona y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) -ésta como organizadora de la final- fueron informados de esa posibilidad a través de una carta firmada por el propio Cardenal y por el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez.
La reproducción por megafonía del himno nacional anoche en el Camp Nou antes del comienzo del partido, a volumen elevado y durante solo 48 segundos, fue recibida con una estruendosa pitada por la mayor parte de los 95.000 asistentes. Era la primera final de Copa del Rey presidida por Felipe VI como monarca.
En las dos anteriores finales coperas disputadas entre ambos equipos, con Juan Carlos I como rey, la situación fue similar, ya que se produjeron pitadas al himno español tanto en el Vicente Calderón madrileño, en 2012, como en el estadio de Mestalla, de Valencia, en 2009.
El Gobierno condenó anoche los ataques contra los símbolos que representan "al conjunto de los españoles, a la democracia que los ampara y a la convivencia que comparten".
Aprovechar un encuentro de fútbol, según el Gobierno, para escenificar una protesta de carácter político "es una falta de respeto para este deporte, para el conjunto de los aficionados y para todos los españoles, que tienen derecho a disfrutar de este partido como lo que es, un espectáculo deportivo, y, al mismo tiempo, a ser respetados a través de los símbolos que nos representan a todos y a nuestra democracia".
El Gobierno Vasco, en una nota emitida hoy, considera que es un "error" pretender sancionar a los clubes por la pitada al himno nacional durante la final de la Copa del Rey y afirma que está "fuera de lugar" llevar esta cuestión a la Comisión Antiviolencia.
El Ejecutivo presidido por Iñigo Urkullu, que estuvo presente en el Camp Nou durante el partido, ha dejado claro que su gobierno "es y será siempre partidario del respeto institucional en todos sus ámbitos y en todas sus manifestaciones y expresiones, también entre las propias instituciones".
El vicepresidente del Barcelona, Carles Vilarrubí, ha asegurado que el club catalán será "reactivo" si es sancionado por la pitada al himno español y que recurrirá una eventual sanción que, a su entender, sería "totalmente injusta".
"Dijimos públicamente que nuestra posición era la de respeto a las instituciones, a las personas y a los himnos. No nos tocaba ir más allá", afirmó.
Mientras, el secretario general del Deporte de la Generalitat, Iván Tibau, ha dicho que estarán "junto al Barça" y evitarán que "los clubes implicados tengan ninguna responsabilidad" en la pitada.
"Hay que ser muy ingenuo", añadió, "si piensas que en un partido como el de ayer, y en la situación en la que estamos, no se va a pitar el himno", y ha subrayado que vio "al rey Felipe VI mucho más tranquilo que los miembros del Gobierno. Ve las cosas diferente y con más frialdad".
Manos Limpias, por su parte, ha denunciado ante la Fiscalía a los aficionados que asistieron a la final por un delito de ultrajes a España ante "la enorme y masiva pitada al himno nacional", y al presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, por "ser cooperador necesario".
Además, la denuncia incluye a la delegada del Gobierno en Cataluña "por omisión imprudente al no evitar los hechos delictivos", en relación a la pitada al himno.