No ha sido un camino fácil el que ha llevado al Juventus a tocar el cielo del fútbol, a disputar la final de la Liga de Campeones, pues ha estado lleno de altibajos, con momentos épicos, pero también con partidos muy sufridos y una "pizca" de suerte en los sorteos.
Mientras las cosas en el campeonato marchaban tranquilas y todo indicaba que el equipo de Massimiliano Allegri conseguiría su cuarto "scudetto" consecutivo, comenzaba con problemas la asignatura pendiente de la "Vecchia Signora": La Liga de Campeones.
El equipo que ha ganado todo en Italia y que desde hace cuatros años no tiene rivales sólo tiene en sus vitrinas dos Copas de Campeones de las temporadas 1984-85 y 1995-96, y en los últimos años la mejor clasificación ha sido llegar a cuartos.
Sin embargo, el que parecía el equipo menos fuerte de las últimas temporadas, y que Massimiliano Allegri heredaba al último momento tras la inesperada salida de Antonio Conte, ha llegado a la final con un camino no brillante, lleno de subidas y bajadas como en las montañas rusas.
En la fase de grupos, a los campeones italianos les tocaba con el Atlético de Madrid, el Olympiakos griego y los suecos del Malmo. Un grupo no demasiado difícil a priori para un equipo que este año se había predeterminado conseguir "el triplete".
El camino en Champions comenzó el 16 de septiembre en casa con una victoria neta 2-0 contra los suecos y dos goles del argentino Carlos Tévez.
Pero las cosas se torcieron en los siguientes encuentros pues los "bianconeri" perdieron por la mínima en el Vicente Calderón y en el tercer partido coleccionaba otra preocupante derrota contra el Olympiacos.
En el enceuntro de vuelta contra los griegos, el Juventus sacó la determinación que necesitaba para pasar el turno y, tras ir perdiendo en casa por 2-1, en media hora dio la vuelta al marcador y terminó imponiéndose por 3-2.
La victoria en Suecia por 2-0 dejaba aún abierta la clasificación a pesar de las dos derrotas, pero ésta sólo llegó en la última jornada de la fase de grupos al arrancar un valioso empate contra el equipo del Diego Pablo Simeone.
El club "bianconero" se clasificaba en segunda posición del Grupo A con 10 puntos y un registro de tres triunfos, un empate y dos derrotas.
En la segunda ronda, al Juventus le tocó un Borussia Dortmund en crisis y no tuvo problemas para ganar por 2-1 el partido de ida con goles de Tévez y Alvaro Morata y certificar su pase a cuartos con un contundente 3-0 con los mismos protagonistas, dos goles para el argentino y un tanto para el español.
Una "pizca" de buena suerte acompañó en el sorteo al Juventus que se cruzó con el Mónaco, el equipo más abordable de los que habían pasado el turno.
Pero el equipo de Allegri no dio el máximo en este cruce. En la ida el Juventus se salvó gracias a un penalti convertido por el chileno Arturo Vidal y que fue el único gol de los 180 minutos, pues la vuelta acabó 0-0.
"La Vecchia Signora" se plantaba en semifinales con pocas opciones a priori ya que en un análisis comparativo que publicaba entonces el diario "Gazzetta dello Sport", el Juventus era el más "débil" de los cuatro semifinalistas en ocasiones de gol y posesión del balón.
Peor en la difícil semifinal contra el Real Madrid, el Juventus dio lo mejor de sí en este torneo al imponerse por 2-1 en Turín con goles de los Morata y Tévez y en el Bernabéu les bastó defender un 1-1 para colocarse en la final de la Liga de Campeones después de doce años.
Aunque Allegri comenzó con Fernando Llorente en la delantera, el cambio por Morata ha sido decisivo con los 4 goles del exmadridista que se han sumado a los siete de "El Apache".