Álvaro Morata (Madrid, 23 de octubre de 1993) fue el gran protagonista de la eliminación del equipo de su corazón, el Real Madrid, y del acceso a la final del Juventus, con el que intentará lograr el segundo título consecutivo de la Liga de Campeones y emular a Marcel Desailly, Paulo Sousa y Samuel Eto'o.El atacante madrileño, que llegó esta temporada a Turín procedente del Real Madrid, se puede convertir en el cuarto jugador que gana dos Ligas de Campeones seguidas con dos clubes distintos.
Desailly lo logró con el Olympique de Marsella en 1993 y con el Milan en 1994; el portugués Paulo Sousa con el Juventus en 1996 y el Borussia Dortmund en 1997; y el camerunés Eto'o con el Barcelona en 2009 y el Inter Milán en 2010.
Ampliar este terceto a un cuarteto será todo un honor para un jugador que fue una de las claves en la victoria del Real Madrid ante el Atlético de Madrid en la final del pasado año en el estadio de La Luz de Lisboa.
Morata saltó al campo a los 79 minutos en sustitución del francés Karim Benzema. El madrileño fue determinante por su trabajo en la presión para evitar que el Atlético pudiera salir de su área.
El cuadro del italiano Carlo Ancelotti evitó la derrota con un gol en el minuto 93 de Sergio Ramos y en la prórroga sentenció con los goles del galés Gareth Bale, el brasileño Marcelo y el portugués Cristiano Ronaldo.
Morata, siempre a la sombra del tridente ofensivo e incluso hasta que se lesionó incluso de otro canterano, Jesé Rodríguez, dio la cara en todo momento y fue un recambio muy útil para Ancelotti.
El campeón europeo sub-21, pese a su trabajo y goles, no pudo encontrar continuidad en el club de toda su vida y tuvo que emigrar a Turín a afrontar otro reto mayúsculo.
Tras un periodo de adaptación en su llegada al Calcio se ganó a pulso la confianza de Massimiliano Allegri y su aportación al cuadro juventino ha sido determinante en muchos partidos y momentos de la exitosa temporada.
De hecho, en la semifinal fue claro protagonista de la clasificación del Juventus, que eliminó al Real Madrid, con dos goles suyos, uno en Turín y otro en el Santiago Bernabéu. Dianas que no celebró por ser fiel a su corazón.
Hace once años había hecho lo propio otro madridista como Fernando Morientes, que tuvo que salir del club en busca de minutos y continuidad, aunque en el caso del extremeño ya había triunfado plenamente.
El exinternacional, sin sitio en la era galáctica, se marchó al Mónaco y con el cuadro del Principado liquidó al Real Madrid. Morata, igualmente, necesitó encontrar una salida para demostrar su valía. Por el momento, no ha podido ser más acertada su marcha porque ha demostrado un crecimiento indudable que además le ha llevado a la selección absoluta.
Ya ha dejado de ser una promesa para convertirse en un futbolista de magnífico presente que al Juventus le costó veinte millones. Por ahora, a la vista de sus actuaciones, rentabilidad máxima.