El italiano Fabio Capello ya ha cobrado todas las nóminas atrasadas que le debía la Unión del Fútbol Ruso (UFR) y seguirá de momento al frente de la selección de este país, aseguró hoy el presidente en funciones de la federación rusa, Nikita Simonián.
"A día de hoy Capello no ha sido destituido. Ha cobrado todo lo adeudado. Las negociaciones sobre su continuidad o un acuerdo mutuo para rescindir el contrato continuarán", dijo Simonián, en clara alusión a la compensación que tendrá que pagar la UFR al italiano para destituirle de su cargo.
El jefe de la federación rusa cargó sobre su predecesor, Nikolái Tolstij, la responsabilidad de incluir una compensación por despido en el contrato del seleccionador, que según algunas fuentes asciende a 25 millones de dólares.
Agregó que el próximo contrato con el entrenador del equipo nacional, sea quién sea, no incluirá compensaciones en caso de que la selección no alcance los objetivos marcados.
"Si no se cumplen los objetivos, pues nos decimos adiós, sin compensaciones. Pero lamentablemente, no figura así (en el contrato de Capello)", se quejó Simonián.
Por otro lado, Simonián alabó la labor del técnico italiano al frente de Rusia: "Estuve en su piel y puedo decir que es una carga pesada. Pero Capello, al llegar a Rusia, enseguida se puso a ver partidos del campeonato, y a diferencia de sus predecesores, que vivían en hoteles, se fue a vivir a un piso junto a su ayudante".
La reciente derrota de Rusia ante Austria en el partido clasificatorio para la Europa 2016, que prácticamente condena a la selección de este país a la tercera plaza del Grupo G, en el mejor de los casos, ha devuelto al italiano al centro de todas las críticas.
Expertos y medios de comunicación rusos le recuerdan el mal papel del equipo en el pasado Mundial de Brasil y también su desorbitado sueldo de 11 millones de dólares al año, que le convierte en el seleccionador mejor pagado del mundo.