El pasado 21 de febrero se pudo ver una imagen curiosa y nunca vista antes en las gradas durante un partido de fútbol. Ocurrió en el encuentro que enfrentó al Barnet y al Grimsby Town de la Football League Two de Inglaterra.
Aquella jornada, muchos fans del Grimsby Town acudieron con muñecos hinchables al estadio a modo de protesta porque en un duelo anterior no le había dejado entrar al campo a un compañero al llevar una pelota de playa.
A Kenneth Meech, seguidor del conjunto visitante, no se le ocurrió otra cosa que celebrar el triunfo de su equipo (1-3) golpeando repetidamente a un agente de seguridad con un tiburón hinchable.
Meses después, ambos se han visto en los tribunales y Meech ha salido mal parado, teniendo que indemnizar al agente con 100 libras, precio que le ha costado su inconcebible acto.