Los hinchada del Oporto, la misma que idolatró a José Mourinho hace más de una década y que ahora está "a muerte" con Íker Casillas, duda de un eventual gesto de reconciliación pública entre ambos en el partido contra el Chelsea de este martes en la Liga de Campeones.Antonio Torres del Cerro
Aficionados blanquiazules se dividen sobre si Casillas y Mourinho, protagonistas de una mediática y tortuosa relación cuando coincidieron en el Real Madrid entre el 2010 y el 2013, tendrán o no un gesto para sellar la paz, al menos de cara a la galería.
En la espaciosa y añeja cafetería Velasquez, en las inmediaciones del estadio Do Dragao de Oporto, se reúnen cada día seguidores del actual club de Casillas y del antiguo equipo de Mourinho.
En la víspera de ver por primera vez frente a frente a ambos, el capitán español, bajo palos, y el portugués, en el banquillo del Chelsea, Joao, de 24 años, está convencido de que el saludo sí que sucederá.
"Creo que sí se van a saludar. Me parece que partirá más de la voluntad de Casillas. Aunque sea se harán la foto de cara a la galería", comentó a EFE el joven hincha. Su amigo Pedro corrobora la versión: "Se van a saludar".
Cerca de ambos jóvenes, otros cuatro hinchas, también veinteañeros, juegan a las cartas mientras disfrutan del sol del atardecer.
La cafetería Velasquez es un auténtico hervidero de aficionados del Oporto de todas las edades que analizan la actualidad del doble campeón europeo (1987 y 2004).
"No se van a saludar. Seguro que no. Y encima después de lo que Mourinho dijo en verano sobre el salario de Casillas", aseveró uno de los jóvenes seguidores.
El entrenador portugués del Chelsea criticó públicamente que el fútbol luso se permita pagar salarios tan elevados como el del guardameta español (unos 3,5 millones) cuando Portugal atraviesa la peor crisis económica y social de su historia moderna.
Ese dardo envenenado es otro de los motivos que otro hincha del Oporto, el treintañero Pedro, arguye para que los dos no se saluden. "Creo que se van a evitar", vaticinó el aficionado.
El recibimiento a Mourinho en la tercera vez que regresa a Do Dragao después de hacer al Oporto campeón de la UEFA (2003) y de Europa (2004) no será hostil ni cariñoso, pronosticó el hincha Joao.
"Con Casillas estamos a muerte. Creo que con Mourinho no será ni caliente ni frío. Sólo si empieza a meterse con el árbitro se puede empezar a silbarle", aventuró.
Este reencuentro entre dos de las figuras más prominentes del fútbol mundial de la última década amaga con arrinconar lo meramente deportivo a un segundo plano.
El técnico del Oporto, el español Julen Lopetegui, recordó que se trata de un Oporto-Chelsea, un duelo entre campeones europeos correspondiente a la segunda jornada del grupo G de la Liga de Campeones.
"La competición en sí ya tiene el máximo incentivo y no hay nada más. Eso es más para los periodistas" (polémica entre Casillas y Mourinho), respondió Lopetegui, cuando los periodistas portugueses e ingleses le preguntaron por el reencuentro entre ambos.
El último partido en el que coincidieron fue una derrota en la final de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid, el 18 de mayo de 2013 en el Bernabéu (1-2).
Desde entonces, sus caminos se separaron. Mourinho se fue al Chelsea y Casillas permaneció dos años más en Chamartín, hasta que este verano puso rumbo a Do Dragao tras una mediática transferencia.
Aunque Mourinho siempre negó públicamente que se tratase de un asunto personal, aseguran que el portugués nunca perdonó a Casillas el papel que jugó para que la relación entre los jugadores de la selección española del Real Madrid y del Barcelona no se deteriorase.
Los últimos seis meses de la era Mourinho en el Real Madrid fueron un calvario deportivo y personal para Casillas, que pasó de ídolo de la hinchada a suplente criticado por parte de su propia afición, que le acusaba de traidor.
Desde esa ruptura entre ambos ni Casillas fue el mismo espectacular Casillas ni Mourinho la máquina de ganar títulos que era.