Dani Benítez está cerca de firmar por el Huesca y regresar al fútbol dos años después de la sanción por consumo de drogas que le expulsó del deporte del balompié en febrero de 2014, al encontrarle cocaína en su organismo en un control antidoping.
Ahora, Benítez quiere recuperar el tiempo perdido y regresar a un deporte del que nunca debió marcharse y que tanto le dio de la mano de equipos como Udinese, Elche o Granada, en los que militó hasta la mencionada sanción.
Con el club nazarí ascendió a Primera en 2011 y se vio al mejor Dani Benítez dentro de los terrenos de juego, hasta tal punto que Valencia y Atlético llegaron a preguntar por él. Fue entonces, a partir del año siguiente, cuando el jugador balear cayó en picado, sobre todo desde el incidente del botellín de plástico que arrojó al árbitro Clos Gómez en un Granada-Real Madrid, por el que fue sancionado por tres meses.
Más tarde, llegaría la sanción por el control antidoping y el Granada le rescindió el contrato. Volvió a Mallorca y comenzó a entrenar con el Constancia, de Tercera, dejando claro que volvería a los terrenos de juego tras su castigo.
Y ahora le ha llegado la oportunidad gracias a Juan Antonio Anquela, entrenador del Huesca y que le tuvo a sus órdenes en el Granada, que pensó en él. Así, Benítez comenzará a entrenar de inmediato con el club aragonés, con el que está pendiente de cerrar su fichaje y a la espera de que el 16 de febrero acabe su sanción para poder ser inscrito.
De confirmarse todos los plazos, el jugador natural de Lloseta podría debutar con su nuevo equipo el 21 de febrero en el Manuel Martínez Valero frente al Elche, precisamente el equipo que le vio crecer hace siete años.