El colombiano Juan Fernando Quintero, que regresó al Oporto después de acabar su cesión al Rennes francés antes de tiempo, envió ánimos a sus compañeros de equipo, que mañana se miden en un clásico del fútbol luso al Sporting de Lisboa."¡Vamos muchachos! Todos al Dragao mañana", exhortó en un mensaje enviado por el Twitter el talentoso extremo zurdo.
Quintero, de 23 años, ya trabaja en el Oporto para prepararse para el próximo curso, una vez que su vínculo temporal con el Rennes finalizó dos meses antes de tiempo.
El pasado enero, el internacional colombiano renovó su contrato con el Oporto, que le prolongó el vínculo por cuatro años, del 2017 hasta el 2021, y le colocó una cláusula de 40 millones de euros.
Nacido en el humilde barrio de San Javier de Socorro, en Medellín, Quintero (1,69 metros y 64 kilos) comenzó su carrera en el Envigado, militó en el Atlético Nacional y dio su salto a Europa a través del Pescara italiano.
Desde entonces, ha jugado dos temporadas el Oporto (2013-2015) y casi un curso entero en el Rennes.
En ninguno de los dos clubes, ha cumplido con las expectativas, sobre todo por su anarquía táctica, ya que técnicamente le sitúan incluso en un nivel por encima de James Rodríguez, un colombiano que hizo carrera en el Oporto.
El medio ofensivo ha sido también blanco de críticas por su actitud el pasado marzo con la sub-23 de Colombia en el clasificatorio para los Juegos Olímpicos (los cafeteros se clasificaron por una victoria de 2-1).
Se le criticó entonces por una supuesta reticencia a pasar la pelota y por hábitos extradeportivos como cantar reguetón o salir a menudo de fiesta.
"Mi vida es fútbol y seguirá siendo hasta Dios quiera (...) La música, como la 'playstation', es mi hobby que lo disfruto en mis ratos libres", respondió hace un par de semanas a sus críticos.