A Estados Unidos el partido de la semifinal ante Argentina le duró apenas tres minutos. Fue el tiempo que Ezequiel Lavezzi necesitó para marcar el primer gol a Brad Guzan.Claudia Aguilar Ramírez
Después, no hubo rival en el campo para la Albiceleste, que dio una lección de fútbol ante el anfitrión de la Copa América Centenario y redondeó la paliza con tres goles más, incluido uno de Lionel Messi para la historia en el minuto 32 que lo convirtió en el máximo artillero de la selección argentina.
El equipo de Jürgen Klinsmann deambuló sin ideas en la cancha del estadio NRG de Houston y se le vio falto de carácter y personalidad para intentar siquiera acercarse al arco de Sergio Romero.
Si bien Estados Unidos no contó con tres de sus hombres clave, los centrocampistas Jermaine Jones y Alejandro Bedoya y el delantero Bobby Wood, fue un equipo muy pasivo que no opuso resistencia en ningún pasaje del compromiso.
Y los sustitutos de los jugadores sancionados, Graham Zusi, Kyle Beckerman y Chris Wondolowski, mostraron mucha imprecisión y fallaron casi todos los pases que intentaron.
La avalancha argentina arrasó también a los líderes del equipo de las Barras y las Estrellas, Michael Bradley y Clint Dempsey.
El primero no daba abasto para recorrer toda la cancha y no pudo frenar en el medio a Javier Mascherano ni a Éver Banega para cortarles la comunicación con Messi.
Y a Dempsey, esta vez más solitario que nunca, no le llegó un solo balón para preocupar a la defensa argentina siendo quizás el más perjudicado por el mal partido de su equipo, incapaz de hilvanar más de tres pases seguidos.
Para la mayoría, Klinsmann y su grupo superaron las expectativas al llegar hasta la semifinal.
Nadie al principio del torneo -ni los hinchas estadounidenses- les auguraba pasar de la fase de grupos, pero quedaron primeros en el A, por encima de Colombia, Costa Rica y Paraguay.
Aunque amargados por la abultada derrota, el entrenador alemán les dijo a sus jugadores que no tenían nada de que avergonzarse y sostuvo que la caída forma parte del proceso de aprendizaje de esta generación de futbolistas estadounidenses que tiene la mira en el Mundial de Rusia 2018.
"Ojalá podamos jugar contra estos equipos todos los años. Es un proceso y aprendimos mucho. Debemos tratar de participar en todas las Copas América que se pueda", afirmó Klinsmann después del partido.
Por ahora, irán a Phoenix en busca del tercer lugar de un torneo en el que a lo más lejos que han llegado es el cuarto puesto de la edición de Uruguay 1995.
La avalancha argentina ya pasó y aún están a tiempo de culminar su mejor actuación en el torneo.