Marcello Lippi, que fue considerado por la Federación de Fútbol Italiano (FIGC) como posible director técnico de la selección "azzurra", rechazó el rol tras las polémicas nacidas por un problema de posible contraposición de intereses, ya que su hijo es agente de jugadores.Las polémicas se originaron por una normativa, difundida por la misma FIGC en 2015, que prohíbe a familiares o parientes de un directivo federal trabajar como agente de futbolistas, lo que impediría a Lippi o a su hijo, Davide, ejercer su puesto de trabajo.
Los directivos de la Federación llevaban meses sin dar una respuesta concreta al problema en cuestión y el extécnico, que fue campeón del mundo con Italia en 2006, decidió cerrar el tema rechazando el rol.
"Ya no quiero esperar más, no puedo dejar que me tomen el pelo. Lo siento mucho porque la idea de volver a la Federación como director técnico era muy interesante. Creo que era el rol correcto, pero lo que pasó es raro, muy raro", afirmó Lippi en declaraciones difundidas por el "Corriere dello Sport".
El italiano informó además que decidió hablar directamente con el presidente federal Carlo Tavecchio, para poner fin a las especulaciones.
"Si alguien quería perjudicarme, que sepa que se equivocó porque mi historia queda escrita. Si alguien quería perjudicar a mi hijo, no puedo permitir que pague él un precio absurdo. Por eso decidí cerrar la historia hablando con Tavecchio", dijo Lippi.