Era el minuto 116 en el Soccer City de Johannesburgo. 11 de julio de 2010. Sólo un integrante del banquillo apenas se inmutó ante el tanto más importante de la historia de la selección española, marcado por Andrés Iniesta. Un leve gesto con los puños cerrados y el mismo semblante. Aquel día Vicente del Bosque se convertía en eterno.Roberto Morales
Abandona los banquillos el seleccionador más laureado de España. La persona que mejor representa el éxito de la humildad y el triunfo de la sencillez en el fútbol. Un modesto ganador que nunca presumirá de una carrera repleta de éxitos con el Real Madrid, a la que no pudo poner mejor broche que guiando a la selección española a escribir sus páginas más brillantes.
Heredó un proyecto ganador diseñado por Luis Aragonés y con un manual de estilo inconfundible en su forma de entrenar, apostó por la sensatez y el sentido común en la lenta renovación de un grupo que tocó el cielo futbolístico en la Eurocopa 2008, para volver a triunfar en un vestuario repleto de estrellas y conquistar el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012.
"Mi ideal de entrenador es que parezca que mandan ellos, pero al final se haga lo que tu quieres". Lo confesó Del Bosque en una entrevista con EFE ante las últimas críticas lanzadas sobre una figura de espaldas anchas, cuando Sergio Ramos tiró el penalti ante Croacia sin orden de lanzador desde el banquillo.
La mano izquierda de Vicente. La forma de manejar los egos de los futbolistas y gestionar grupos siempre fueron puntos fuertes. También un resquicio donde atacar para sus críticos. "En el Real Madrid ya decían que si no mandaba. Imagínate cuatro años aguantar a un tío que no manda nada y no toma ninguna decisión. Es una letanía que siempre sale".
Dos derrotas consecutivas, la primera ante Croacia que impulsó a España al cruce más complicado de octavos de final de la Eurocopa 2016, ante Italia, y la segunda en Saint Denis ante la 'azzurra', dejó un amargo cierre. Se culminó con una polémica con Iker Casillas, al que han puesto fin con unas palabras y un abrazo con posado en las redes. Dos leyendas no podían manchar este momento.
Del Bosque se despide de los banquillos dejando su nombre en numerosos récords. El 51 seleccionador de la historia del fútbol español, queda como el segundo con más años en el cargo tras Ladislao Kubala, que permaneció once entre 1969 y 1980.
El salmantino es el seleccionador que más partidos ha dirigido con 114, el que más victorias con 87 y títulos ha obtenido (Mundial 2010 y Eurocopa 2102). Logró el récord mundial como único entrenador que lo consigue y con mejor promedio de victorias tiene (82%). El único que logró ser campeón de Europa y del mundo dirigiendo a su selección y a un club, el Real Madrid. Y tiene la mejor racha de partidos consecutivos oficiales sin perder, 29.
Los números que deja en la selección en sus 114 partidos dirigidos (65 oficiales), son 87 victorias, diez empates y 17 derrotas con un balance de 254 goles a favor y 79 en contra. Ha utilizado a 91 jugadores, 70 de ellos debutantes. Su legado.
Hasta el último momento jugó al despiste. Nunca le gustó ser centro de atención y siempre estuvo incómodo ante las preguntas sobre su futuro. La decisión la tenía tomada desde la fase de clasificación. Por su cabeza ya pasó dejar el cargo con el fracaso del Mundial de Brasil, eliminados sin pasar el grupo en la peor defensa de la corona posible, pero el presidente Ángel María Villar le convenció para su continuidad.
Vicente era el técnico ideal para la renovación de un grupo de futbolistas que lo habían ganado todo y necesitaban el impulso de jóvenes generaciones que también habían dejado un reguero de títulos en su camino en categorías inferiores. Siempre estuvo cerca Del Bosque de la cantera. En el Real Madrid, en su larga etapa en el club, conocía los nombres y las cualidades de todos los futbolistas de todas las categorías. En la Roja tuvo comunicación continua con cada seleccionador. Siguió de cerca el crecimiento de cada talento para cuando llegase el momento de dar el salto a la absoluta.
Los datos demuestran su apuesta. Hasta 70 jugadores han debutado durante sus ocho años en el cargo. Y así pasará a un segundo plano en la RFEF. Alejado del protagonismo, del ruido y la polémica, tras dejar un legado eterno. Por encima de los títulos soñados, el triunfo de la humildad. El sello Del Bosque.