Bruselas, elegida por la UEFA como una de las trece sedes para la próxima Eurocopa de 2020, quiere cerrar un capítulo negro de la historia de su deporte y, 31 años después de la tragedia de Heysel, avanza en la construcción de su nuevo gran estadio.Laura Zornoza
El próximo recinto, bautizado provisionalmente como Eurostadium, debería acoger un partido de octavos de final y tres de la fase de grupos del torneo continental de selecciones que, con motivo de la celebración de su sexagésimo aniversario, se celebrará en trece ciudades europeas diferentes, que también incluyen a Londres, Múnich o Roma.
Sin embargo, con la Eurocopa de Francia concluida y la edición de 2020 que comienza a atisbarse en el horizonte, Bruselas es la única sede que concluirá el año 2016 sin siquiera fecha de inicio de la construcción de su nuevo templo del fútbol.
El director de proyecto de la Eurocopa 2020 en la ciudad belga, Dimitri Hyugen, aseguró a Efe que no ha habido "grandes retrasos" en la planificación original de construcción del Eurostadium, que debería empezar en la primera mitad de 2017.
El nuevo estadio, que tendrá capacidad para alojar a 60.250 espectadores, estará situado en el lado norte de la frontera entre las regiones belgas de Bruselas y Flandes, en la localidad flamenca de Grimbergen.
El proyecto se encuentra precisamente en la fase de obtención de permisos de construcción del gobierno de Flandes, después de que las autoridades de la provincia dieran luz verde al informe de impacto ambiental de la construcción del estadio el pasado mes de octubre.
Un portavoz de la UEFA señaló, por su parte, que están "satisfechos" respecto al progreso realizado por los equipos organizadores de Bruselas como sede de la Eurocopa, con quien mantienen un "contacto regular".
Lo que sí parece claro es que el estadio de Heysel, escenario de la tragedia en la que donde 39 personas perdieron la vida en una avalancha durante la final de la Copa de Europa de 1985 entre el Liverpool y la Juventus, será destruido una vez se complete su cierre.
En una entrevista a Efe, el concejal de Deportes del distrito centro de Bruselas, Alain Courtois, aseguró que es el momento de que la ciudad "pase página" de la catástrofe.
"Hay que mantener un memorial, claro, pero también tenemos el deber de superar aquello definitivamente. Heysel está acabado, no es una buena localización", dijo Courtois.
El concejal bruselense también planteó que la construcción de un nuevo estadio no solo tiene un objetivo deportivo, sino que persigue una revitalización de la parte norte de la ciudad, en la que se encuentra un monumento tan simbólico como el Atomium, pero que "los turistas no visitan".
En respuesta a las críticas de la adjudicación de dinero público para la construcción del Eurostadium, Courtois señaló que la cifra de dinero público que invierte el ayuntamiento en mantener Heysel abierto en la actualidad "para cinco eventos al año" es muy similar a la contribución que realizarán para el nuevo estadio.
Según datos del ayuntamiento, la financiación procede en su mayoría de capital privado, con 480 millones de euros de inversión para la construcción del estadio y su aparcamiento, mientras que el consistorio aportará cuatro millones de euros anuales.
El comienzo de la construcción del estadio adquiere un carácter aún más urgente al considerar que Bruselas suena con fuerza para ser sede del primer partido del campeonato.
Pese a que desde la UEFA mantienen que el calendario completo de partidos, que incluye la ciudad elegida para albergar el encuentro inaugural, será publicado "más adelante" y aún no se ha tomado una decisión, el propio Courtois manifestó su deseo de que el primer partido del torneo se jugase en el Eurostadium.
"Bruselas es el centro de Europa y por primera vez el torneo de selecciones europeas se celebra en trece ciudades. Para nosotros, sería lo más normal que la ciudad central de la Eurocopa, y sede del partido inaugural, fuese Bruselas", señaló.