Los casos de sexismo en el fútbol femenino siguen, por desgracia, muy presentes en el día a día de este deporte. El pasado fin de semana, durante un torneo mixto que se disputó en Ribadeo, el Asturias Femenino -integrado únicamente por chicas- derrotó al CD Tropezón -equipo cántabro masculino- en la tanda de penaltis, donde Carla Moolenaar, guardameta del Asturias, fue la gran protagonista deteniendo hasta dos de los lanzamientos del cuadro rival.
Pero el técnico del Tropezón no disfrutó con la actuación de Carla. Acusó a la guardameta de ser un niño, presentando una queja a la organización del torneo alegando alineación indebida por cuestión de sexo, convencido de que la portera no era una niña, sino un chico.
La madre de Carla, Asunción Torre, a través de su perfil en Facebook, ha explicado que la protesta no tuvo recorrido puesto que en el campeonato podían jugar equipos femeninos, masculinos y mixtos y recalca que le parece intolerable la actitud del técnico del conjunto cántabro. Tanto en la camiseta de Carla, de 12 años de edad, como en su ficha identificativa se veían claramente su nombre y su sexo.
"No sé qué es más ofensivo, que pensaran que es un niño porque tiene el pelo corto; que pensaran que es un niño porque es una buena portera, o que se atrevieran a plantear su género como un posible motivo para presentar una protesta ante la organización del torneo", asegura Asunción, que también le deja un recado al Tropezón: "Si quienes estaban dirigiendo al Alevín A de su club continúan en el mundo del fútbol base (ya saben, fútbol base; escuela de vida, juego limpio…), probablemente se vuelvan a encontrar a Carla en algún campo, porque ella va a seguir jugando. Entonces podrán disculparse personalmente con ella".