Se esfuma el sueño de Siria

Una de las características más bellas del fútbol es que tiene la capacidad para actuar como motor de cambio en la sociedad y sino, que se lo digan a Siria. Inmersos en una guerra que carcome las entrañas de un país entero, el territorio nacional cesó sus actividades para vislumbrar el cumplimiento de un sueño que finalmente no pudo cumplirse, pero que guardará para el recuerdo una de las anécdotas más emocionantes que se recuerdan en el deporte rey.

Un diez de octubre en Australia noqueó las opciones del primer Mundial para una Siria impotente al no poder alcanzar el sueño, inimaginable hace unos años, de generar placebo en el país y colar a su combinado nacional entre las mejores del mundo. Con una racha impecable, las Águilas de Qasioun viajaban al continente costero para apelar a la historia y alzarse con una repesca que quedó empatada en la ida.
En la mañana del martes, miles de personas se mantuvieron en vilo ante una de las historias más bellas que podría otorgar el fútbol. De hecho, cinco minutos tardó el conjunto sirio en silenciar el ANZ Stadium de Sidney gracias al tanto de Al Soma, que desataba la locura de los hinchas visitantes allí presentes y mantuvo por unos instantes unidos a un país que volvería a la cruda realidad.
Lejos del resultado, el dominio local se hizo dueño de un encuentro que arrinconó a los visitantes en la parcela defensiva, impasibles ante la superioridad australiana. El eterno Tim Cahill mandó el encuentro a la prórroga y cuando todo parecía abocado a resolverse desde los once metros, el experimentado ariete volvió a anotar para darle el pase a su país y lastrar las opciones de una Seria que clamó ante le negativa de la oportunidad soñada.