La vida de Awer Mabil es una de esas pocas que merece la pena destacar instaurando en él, un ejemplo único de superación. Con el simple e idílico objetivo de ayudar a los desfavorecidos, el joven keniata se alza sobre el resto en un fútbol putrefacto por los intereses que se corrompe lentamente, ante la pérdida de belleza que acusa.
Lejos de un sueldo millonario, con 5.000 euros al mes, el joven de 22 años ha encontrado un hogar en el que ser feliz al norte de Portugal. Cedido en el Paços de Ferreira, Mabil ha revelado a EFE la creación de una fundación benéfica, "Barafoot to Boots", con el fin de mejorar las condiciones de vida del campo de refugiados de Kakuma.
Allí nació y pasó su infancia el ariete keniata, en un campo de refugiados donde sufrió hasta su primera decena de años los improperios de una región maltratada y vejada por el hambre que instauró la cercana Guerra de Sudán del Sur.
Entre restos moribundos jugaba al fútbol con los amigos, un motivo por el que ser feliz y olvidar los problemas de un territorio con más de 15.000 niños huérfanos. Ante el hartazgo de la situación, su familia decidió partir para Australia y así asentarse en los suburbios del norte de Adelaide.
Lo que no sabría Awer Mabil es que ese hito le brindó una nueva vida, con una serie de ojeadores que lo vieron jugar en la calle y lo ficharon para las categorías inferiores del Adelaide United. En solo unos años, el prometedor delantero cambió el hambre de Kenia por su primer contrato profesional.
A partir de entonces comenzó otro de sus grandes retos, crear una Fundación para ayudar a los amigos, familiares y miles de personas que se quedaron en Kakuma. En un principio, Mabil creó la plataforma para, con parte del dinero que ganaba, enviar balones y equipaciones al campo de refugiados, que ha logrado llegar también a países como Turquía, Uganda o Líbano.
Sin embargo, sus contactos ascendieron a raíz de su internacionalidad con la sub 23 de Australia, permitiéndole acercarse a empresarios que forjaron el progreso de la fundación. Todo ello, acompañado del fichaje por el Midtjylland. El ansiado salto a Europa que ahora le ha ofrecido una oportunidad en el Paços de Ferreira.
Un jugador que se fija en el espejo de Ronaldo, como un jugador que "ha tenido que trabajar mucho para lograr todo lo que ha conseguido". Un espejo en el que mirarse para seguir progresando, dar el soñado salto a España o la Premier League y culminar el emotivo objetivo de ayudar a sus compatriotas y ser un modelo referente de lucha por un mundo mejor.