Miles de personas realizaron esta madrugada una misa en la catedral de Chapecó (sur de Brasil), en homenaje a las víctimas del accidente aéreo que sufrió hace exactamente un año la delegación del club de fútbol Chapecoense en Colombia y en la que fallecieron 71 personas.Miles de ciudadanos se concentraron desde primera hora de la noche en la Arena Condá, estadio del Chapecoense, para rendir homenaje a las víctimas, y posteriormente desfilaron los 700 metros que separan el estadio de la catedral de Santo Antonio, que quedó abarrotada para realizar una misa en homenaje a todas las víctimas.
El Chapecoense abrió las puertas del estadio durante todo el día de ayer para que la ciudadanía pudiera rendir homenaje e improvisó una capilla en la grada para realizar una misa y para que las familias de las víctimas tuvieran un espacio reservado para oraciones.
Las familias de las víctimas recibieron velas verdes, que simbolizan la vida que nunca acaba, e iluminaron la procesión hasta la catedral de Chapecó.
En la catedral, el periodista Rafael Henzel, uno de los seis supervivientes del accidente, realizó una oración y fue muy aplaudido por el público. En una gran pantalla, se mostraron imágenes de las víctimas mortales de la tragedia y se encendieron 71 velas en el altar.
A las 01.15 hora local (03.15 GMT), hora del accidente aéreo, las campanas de la catedral de Chapecó tocaron durante varios minutos, entre lágrimas y oraciones de muchos de los presentes.
Posteriormente, sonó el himno del Chapecoense y centenares de personas que no pudieron entrar a la catedral empezaron a gritar "Vamos, vamos Chape", el grito de apoyo de la afición.
Tras ello, se inició una vigila que finalizará este miércoles con la misa del primer aniversario del accidente, prevista a las 18.30 hora local (20.30 GMT).
La tragedia sucedió la noche del 28 de noviembre de 2016 cerca de Medellín (Colombia), donde el Chapecoense debía disputar la ida de la final de la Copa Sudamericana de fútbol ante el Atlético Nacional, el primer título internacional que se jugaba en su historia.
El vuelo de la compañía LaMia que transportaba la expedición brasileña y que había partido de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), se quedó sin combustible a pocos kilómetros de su destino final y se precipitó sobre un cerro.
En la tragedia murieron 71 de las 77 personas entre futbolistas, preparadores, directivos, periodistas y tripulación.