David RamiroMadrid, 12 jun .- El guía Ceferino Sánchez Medinilla y los porteros Pedro Gutiérrez y Sergio Rodríguez son un puntal imprescindible de la selección española de fútbol ciegos, puesto que los tres tienen visión y sus comentarios durante los partidos desde ambas porterías se convierten en los ojos de los jugadores.
Pedro Gutiérrez y Sergio Rodríguez son los porteros que defienden la meta española. También son los que guían a la defensa. En el lado opuesto, Ceferino, detrás de las redes de la portería rival, es el encargado de guiar el ataque de los españoles.
Ceferino empezó "casi de rebote" en el fútbol de ciegos. Conocía al entrenador de Málaga, que es donde juega, y se enteró de que había cambios. Se había quedado sin equipo de fútbol sala, fue a probarlo y se enganchó. De esto hace cuatro años.
"El ataque de nuestro equipo va a través del guía. Tienes la responsabilidad de decirle de manera muy concisa y muy precisa la información. Si se le escapa el balón por un centímetro es un gol que has perdido", confesó a EFE Ceferino, que también es el encargado de fijar en la mente de los jugadores dónde está la portería en los lanzamientos a balón parado.
"En los disparos a balón parado, con todo el público en silencio, uso un palo o una pequeña barra de hierro que suena en los postes. Si se me olvida lo hago con la mano o incluso con un cuchillo del comedor", sonríe.
La Liga de fútbol ciegos en España no está profesionalizada. "Solo nos dan dietas y el viaje. Hay equipos que salen un año y otros no pueden salir", dijo Ceferino, mientras que Pedro apostilla que es la ONCE "el motor de este deporte".
La preparación para este Mundial de Madrid ha sido dura y larga. Desde febrero han estado concentrados en semanas alternas, una sí y otra no.
"El ambiente que hay es muy bueno y el nivel es muy alto. Entrenas con los mejores", apuntó Ceferino, que compagina el fútbol de ciegos con los estudios. Ha terminado el Grado Superior de Deportes y la convalidación de las horas le permite estar en el Mundial como deportista de alto rendimiento.
Pedro trabaja en un despacho. "No se compagina bien el día a día, pero haces lo que puedes. Con el equipo de Madrid entrenamos de ocho a diez y el que puede ir, va".
"Tenemos una beca del Comité Paralímpico Internacional que depende del resultado que tengas en los campeonatos. Son ayudas, son extras, que vienen muy bien, pero son complementos. Los porteros percibimos una especie de beca por la selección pagada por la ONCE", desveló Pedro.
Sergio trabaja en una productora musical e intenta "compaginar todo cuanto se puede", por lo que estar tanto tiempo de concentración y de competición ha supuesto "una negociación dura".
La pasión por este deporte es superior a todas las dificultades que se puedan encontrar por el camino. En el caso de Pedro, el vínculo nació hace diez años, cuando una persona relacionada con la ONCE estaba buscando porteros para el equipo de Madrid categoría B2-B3, de ciegos parciales.
"Es otro formato distinto. Empecé a jugar ahí y con el paso del tiempo el seleccionador me cambió a ciegos totales. Al principio es complicado. Te choca mucho todo. Te lías, no te apañas, las ordenes son al revés, pero al final lo normalizas, aunque nunca terminas de hacerlo todo bien", confesó.
En la selección española Pedro lleva diez años. Cinco con la categoría B2-B3 y seis en esta categoría de ciegos totales. Siempre ha sido portero, aunque en el equipo de Madrid también es guía al compartir el puesto bajo los tres palos con Sergio.
"No es mejor portero el que más para, sino el que hace que menos le tiren. Tienes que guiar muy bien, muy tranquilo, tener mucha serenidad y que la defensa guarde relación con ataque", apuntó Sergio.
Los Juegos de Tokio 2020 son un sueño para los tres, aunque en el caso de Sergio y Pedro ya saben lo que es vivir esa experiencia. Para clasificarse y viajar a la ciudad japonesa hay varias vías. Ganar este Mundial de Madrid es una de ellas. La otra, en 2019, será el Europeo, en el que los dos que lleguen a la final también obtendrán su pasaporte.
"Me gustaría más estar de portero que de guía, pero si voy de guía me dará igual porque unos Juegos son lo más grande", dijo Ceferino.
Para Sergio los Juegos Paralímpicos son un campeonato que hace "más ilusión que nada". No obstante, su decisión de probar a ser portero de fútbol para ciegos la tomó al ver un partido por televisión en los Juegos de Londres 2012.
"Me gustó mucho lo que vi por la tele. Me empecé a informar, me puse en contacto con la ONCE y tras mucho insistir se pusieron en contacto conmigo. Probé, les gusté, a mi me gustó y hasta aquí", comentó Sergio, que venía del fútbol de once jugadores en campo grande "Me costó adaptarme a las medidas de esta portería", subrayó.
El vínculo que existe en el grupo es muy grande. Se enfadan, se alegran, lamentan las derrotas y celebran los triunfos como cualquier equipo. La "responsabilidad" por defender los colores de España la tienen en cada partido en proporciones iguales a la ilusión que tienen por estar en este Mundial.
El objetivo es intentar pelear por las medallas. El éxito sobre el césped dependerá de los ojos del guía y los porteros y de las piernas de los jugadores. Todos forman un gran equipo.