El caso bautizado como E-toupeira (topo de correos electrónicos) se ha convertido en los últimos días en el foco de la actualidad lusa, ya que la Fiscalía acusa al club del Benfica de un total de 30 delitos y pide penas de entre seis meses y tres años sin poder competir.
Se trata de un caso en el que, como reveló esta semana el Ministerio Fiscal de Lisboa, el asesor jurídico del Benfica se servía, presuntamente, de información privilegiada obtenida a través de dos funcionarios de la Justicia portuguesa con el beneplácito del presidente del propio club encarnado.
Según la Fiscalía, el club del Estadio da Luz, con 114 años de historia, ofrecía regalos e invitaciones a los dos funcionarios a cambio de información privilegiada de procesos judiciales en curso, la mayoría relacionados con el fútbol e, incluso, con el Benfica.
La investigación del Ministerio Fiscal luso arrancó tras una denuncia anónima en la que se ponían en entredicho las formas de operar del asesor jurídico del Benfica, que ha sido encausado en un total de 79 presuntos delitos, muchos de ellos por falsedad informática, violación de secreto, violación de deber de sigilo o corrupción activa, entre otros.
Los funcionarios de Justicia también tienen un largo elenco de acusaciones delictivas, uno 76 y otro 67.
Por su parte, el Benfica ha sido encausado en el proceso por un presunto delito de corrupción activa, otro por ventaja indebida y 28 delitos de falsedad informática.
En causa, la imagen de uno de los clubes más relevantes en Portugal y de gran proyección internacional, ya que por este club, asiduo a la Liga de Campeones, han pasado numerosas estrellas que han dado el salto a las ligas de España, Inglaterra o Italia, entre otras.
Además de obtener información privilegiada de procesos judiciales, el caso E-toupeira también ha desvelado que, como publicó el diario deportivo Record, el asesor jurídico del Benfica se hacía valer de uno de los dos funcionarios de Justicia para obtener datos de la Seguridad Social sobre personas relacionadas con el arbitraje futbolístico.
Incluso, uno de los funcionarios habría accedido al sistema informático Citius de la Seguridad Social para obtener información de antiguos árbitros, según Record.
Además, habrían sido "espiados" trabajadores de otros clubes, como el Sporting.
Ante el aluvión mediático, el presidente del Benfica, Luís Filipe Vieira, intentó lanzar un mensaje tranquilizador a los socios y simpatizantes, y sobre todo a los accionistas, y lavar la imagen del club.
No existe ninguna conducta que relacione al Benfica con los delitos que investiga la Fiscalía, insistió el directivo de las águilas, a la vez que recordó que ningún miembro del Consejo de Administración del Benfica está encausado.
La sanción que pide la Fiscalía -entre 6 meses y 3 años sin disputar competiciones de fútbol profesional- no tiene fundamento, defendió el presidente en su declaración oficial.
Tras las acusaciones del Ministerio Público, el Consejo de Disciplina de la Federación Portuguesa de Fútbol también ha abierto un proceso de investigación sobre el caso E-toupeira.
Mientras prosiguen las investigaciones judiciales, los jugadores del Benfica intentan evadirse del aluvión mediático para centrarse en la Liga lusa -donde comparten liderato con Braga y Sporting- y en la Liga de Campeones a la que, tras las eliminatorias previas, lograron acceder a la fase de Grupos.