El CD Ebro consiguió acceder por primera vez a la cuarta ronda de la Copa del Rey tras superar en El Carmen al Lleida. Una clasificación que tiene premio para los equipos que llegan de las categorías más bajas, ya que cuentan con el aliciente de enfrentarse a un rival europeo. En el caso del equipo zaragozano, el sorteo a deparado que sea el Valencia.
Una eliminatoria histórica para los de La Almozara que tendrán la oportunidad de medirse a un equipo que en estos momentos está disputando la Champions League. Pese a los problemas con los que el CD Ebro se enfrenta en 2ªB, donde en estos momentos es colista de su grupo, los de Manolo González han conseguido mantener la ilusión en la competición copera, en la que han superado ya a tres rivales: Marbella, Murcia y Lleida.
De esta manera, el Valencia volverá al estadio municipal de La Romareda por segunda temporada consecutiva. Y es que la campaña pasada el equipo de Marcelino García Toral ya visitó el coliseo zaragozano, en aquella ocasión para enfrentarse al Real Zaragoza. Entonces, los visitantes consiguieron una sufrida victoria por 0-2 con tantos de Rodrigo en el minuto 81 y de Parejo en el tiempo de prolongación.
El reto para el CD Ebro será no sólo deportivo, tratando de plantar cara a un equipo netamente superior, sino que además los zaragozanos tratarán de congregar al mayor número posible de aficionados en el estadio. Si el encuentro ante el Lleida lo siguieron 850 espectadores en El Carmen, el objetivo debe ser tratar de congregar a muchos más en La Romareda, en una cifra que pueda aproximarse a los 16.174 que vieron al Valencia la pasada campaña.
Un encuentro histórico que se disputará el 30 ó 31 de octubre y que mantendrá viva la ilusión de un club modesto que a través del trabajo bien hecho ha alcanzado cotas hace apenas unos años inimaginables.