Rodrigo García
Buenos Aires, 11 nov .- Alegría, risas, cánticos y mucha felicidad. Los hinchas de Boca Juniors no cabían hoy en su gozo a las puertas de la Bombonera después de que el emblemático estadio fuera ayer símbolo de frustración por la lluvia, que obligó a pasar a este domingo la primera final de la Libertadores ante River.
"Este día es increíble. Después de tantos años, la primera vez en la historia que se va a dar esto es increíble. No pudimos conseguir entradas, pero estamos acá alentando a Boca porque es una pasión. Por Boca se sufre, se llora, se ríe, se canta y se baila", cuenta a Efe José, acompañado de toda su familia y ataviado con multitud de objetos de su equipo favorito.
Vendedores de choripanes -típico bocadillo argentino-, altavoces con cumbia a todo volumen, familias de sangre y corazón, periodistas, camarógrafos, curiosos, amigos y conocidos. Todo en medio de un fuerte dispositivo policial que rodea todo el estadio, ubicado en pleno barrio de La Boca, uno de los más turísticos de Buenos Aires.
"Estábamos sufriendo ayer, pero hoy se dio. Es una final histórica", añade Sandra sin parar de bailar y vestida con la indumentaria de Boca, cuyos hinchas son conocidos tradicionalmente como 'bosteros', mientras que los de River son 'gallinas'.
"Estamos recontentos. Es una fiesta. Obviamente vamos a ganar a las gallinas", añade la mujer acompañada por Andrés, quien no dudó en despojarse de su camiseta para mostrar el inmenso tatuaje de su espalda con la silueta de la Bombonera y otros puntos característicos del barrio.
Lo que no hubo este domingo en las calles aledañas a la Bombonera fueron alientos hacia River. La decisión de los clubes de no aceptar público visitante ni en este partido ni en el de vuelta, el 24 de noviembre en el Monumental, ha hecho que la afición Xeneize en este encuentro de ida no tenga rival.
Para Ezequiel, que desde niño vive con pasión todo lo que tiene que ver con Boca, ese sentimiento que llevan dentro aficionados como él, "las gallinas no lo saben".
En el último momento no eran pocos los viandantes que decidieron comprar una camiseta del Xeneize en un puesto callejero antes de, entrada en mano, tratar de hacerse un hueco para entrar lo antes posible en el Estadio Alberto J. Armando, nombre oficial de la Bombonera, una vez, eso sí, cumplido el operativo de seguridad.
Este sábado, las ilusiones de muchos quedaron por los suelos luego de que la fuerte tormenta caída en Buenos Aires obligara a las autoridades a posponer el partido a hoy. Sin embargo, las constantes nubes sobre la ciudad y una previsión meteorológica que no era alentadora hizo que hubiera dudas hasta el último momento.
Sin embargo, una vez que la lluvia ha dado una tregua y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) ratificó esta mañana que el campo estaba en condiciones para jugar, la algarabía no se hizo esperar.
Acabe como acabe el encuentro, la revancha será dentro de dos sábados.
La emoción está servida.