Buenos Aires, 24 nov (EFE).- Los futbolistas de Boca Juniors Carlos Tevez y Darío Benedetto se mostraron enojados con la Conmebol, que quería obligarles a jugar el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores ante River Plate, pese a haber sido agredidos por hinchas rivales, y fueron irónicos: "Que le den la Copa a River".,"Que le den la Copa a River, que tiene tanto peso en la Conmebol", gritó Benedetto al retirarse del Monumental, estadio donde River Plate iba a jugar como local el en
Buenos Aires, 24 nov .- Los futbolistas de Boca Juniors Carlos Tevez y Darío Benedetto se mostraron enojados con la Conmebol, que quería obligarles a jugar el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores ante River Plate, pese a haber sido agredidos por hinchas rivales, y fueron irónicos: "Que le den la Copa a River".
"Que le den la Copa a River, que tiene tanto peso en la Conmebol", gritó Benedetto al retirarse del Monumental, estadio donde River Plate iba a jugar como local el encuentro de vuelta tras el 2-2 del partido de ida.
Luego Tevez repitió lo mismo a la prensa local y añadió: "Lo que ha hecho la Conmebol es una vergüenza. Lo dice Carlos Tevez persona, no jugador de Boca. Nos obligaban a jugar".
También aseguró que no debería jugarse el partido reprogramado para este domingo (17.00 hora local, 20.00 GMT) y que deberían darle el encuentro por ganado a Boca Juniors.
"La Conmebol con nosotros se portó muy mal. Que le den la Copa a River, si siempre hacen lo que quieren", insistió Tevez, quien cree que el Monumental debería ser clausurado y que el "xeneize" debería ser proclamado campeón.
Tras el empate 2-2 en el partido de ida disputado en La Bombonera, que debió ser postergado también de sábado a domingo por un temporal que anegó el terreno de juego, River Plate y Boca Juniors se medirán mañana en el estadio Monumental para dirimir el título de la 58º edición de la Copa Libertadores.
El autobús que trasladaba al conjunto auriazul a la cancha de Núñez sufrió un ataque con piedras y botellas de lata en los aledaños del estadio y sus jugadores se quejaron de haber sido expuestos a gas lacrimógeno que, al parecer, fue arrojado por la policía para dispersar a los agresores. Dos de ellos debieron ser trasladados a un centro hospitalario por el impacto de los cristales.
Tras varias reuniones y con más de 60.000 espectadores en las gradas, pasadas las 19.15 hora local (23.15 GMT) se decidió el aplazamiento para mañana, debido a que la próxima semana tiene lugar en Buenos Aires la reunión de presidentes de los países integrantes del G20.