El Lyon representa la vía francesa para volver a brillar en Europa, frente al París Saint-Germain que ha apostado por el dinero catarí, una apuesta arriesgada para un equipo que pena en sacar la cabeza frente al dinero procedente del exterior.
Apoyado en un brillante Nabil Fekir, el único campeón del mundo del efectivo, en el holandés Memphis Depay y en el francés Houssem Aouar, máximos anotadores del equipo, el Lyon ha construido un equipo sólido que comienza a dar frutos.
Una única derrota en los doce últimos duelos le han llevado hasta el podium de la clasificación provisional de la liga, donde su máxima aspiración es el subcampeonato.
En Europa, donde superó un grupo relativamente asequible, con el Manchester City, el Shathar Donesk ucraniano y el Hoffenheim alemán, demostró que puede elevar su nivel para aparejarse a grandes del continente.
Frente a los de Pep Guardiola firmó un empate en su terreno tras haber arrancado una victoria en Manchester, un ejemplo en el que se apoyarán en su doble duelo frente al Barcelona.
No es algo habitual en el Lyon, que en los últimos años ha tendido más a mostrar sus lagunas que sus virtudes cuando llegaba el momento de medirse a un grande.
Particularmente cierto es eso en su liga, donde los de Genesio se han empequeñecido cada vez que se ha cruzado en su camino el PSG, un rival al que miran con demasiada distancia.
En ese contexto, la eliminatoria contra el Barcelona aparece como una oportunidad de reivindicarse, de perder los complejos ante los grandes y marcarse una vía que puede servirle también en su competencia doméstica ante los de la capital.
Será una forma también de confrontar en su puesto a Genesio, un entrenador sin "caché" permanentemente cuestionado, al que solo la estabilidad reinante en el equipo, que apenas nunca despide a sus técnicos, mantiene en el banquillo.
En dos temporadas al frente del club, el técnico de 52 años, exjugador del Lyon y que antes de ocuparse del primer equipo lo hizo de las categorías inferiores, Genesio ha conseguido fortalecer un equipo con el que persigue conseguir un fútbol vistoso.
Todo ello con el "hadicap" de ver partir a algunas de sus estrellas. Buen ejemplo de ello es Samuel Umtiti, que abandonó el Lyon para fichar por el Barcelona y a quien, si las lesiones le respetan, volverá a su club de formación.
Quien mejor encarna la personalidad del Lyon es su presidente, Jean-Michel Aulas, un empresario local que a principios del siglo llevó al club a la hegemonía del fútbol nacional y a tutearse con los grandes de Europa.
Lo hizo apoyado en un modelo empresarial sólido, cotizando en Bolsa y sin endeudarse en demasía, lo que le ha impedido retener a estrellas de talla internacional.
A cambio, ha apostado por la cantera, por jóvenes promesas como Aouar, Fekir o Tanguy Ndombele, nuevo internacional absoluto, pero también por otras llegadas de otros horizontes como Depay o el belga Jason Denayer.
Especial atención merece Aouar, considerado por algunos como un buen representante del juego de toque que durante décadas viene encarnando el Barça.
El joven jugador, que acaba de cumplir los 20, estuvo en la órbita blaugrana y en los octavos de final tendrá una buena oportunidad para mostrarse en el Camp Nou.
Su estilo de juego, sin embargo, no parece que guste al seleccionador francés, Didier Deschamps, que ha preferido un perfil más defensivo como el de Ndombele.
Con esos mimbres, el Lyon tratará de sorprender a un Barça al que no ha ganado en los seis duelos europeos que lo ha afrontado.
Dos veces en la liguilla y los octavos de la temporada 2008-2009, camino de la final de Roma que acabó con el triunfo blaugrana.
En todos esos partidos, el Lyon solo ha conseguido dos empates en su terreno, con 16 goles a favor de los catalanes y 7 para los franceses.