La Policía de Australia informó a Tailandia del viaje del futbolista bareiní Hakeem al Araibi sobre quien pendía una notificación roja de Interpol a pesar de ser refugiado, precisó hoy el Ministerio de Exteriores tailandés.
Al Araibi, quien tiene estatus de refugiado en Australia, fue detenido el 27 de noviembre a su llegada al aeropuerto internacional de Suvarnabhumi y desde entonces se encuentra en prisión provisional por una petición de extradición emitida por Baréin.
El 4 de diciembre Interpol canceló la notificación, sin embargo, "en ese tiempo, el proceso legal en Tailandia respecto a Hakeem ya había comenzado y no podría ser revocado", señala en un comunicado el ministerio.
Al Araibi huyó de su país en 2014 y fue condenado en rebeldía a diez años de cárcel por daños en una comisaría durante una protesta que, según la ong Human Rights Wacht, se produjo mientras el jugador disputaba un partido con su selección.
El futbolista ha declarado que teme por su vida si regresa a su país, donde asegura que fue torturado en 2012 por su participación en las revueltas de la Primavera Árabe.
El Gobierno australiano, la FIFA y el Comité Olímpico Internacional (COI), así como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han pedido su liberación.
El ministerio tailandés recuerda que el Ejecutivo "no puede interferir" en el proceso judicial, conforme a los principios internacionales, y pide "evitar la conclusión prematura" de que la justicia de Tailandia extraditará al futbolista a baréin.
"El Tribunal considerará este caso a fondo y de acuerdo con el debido proceso legal y las pruebas proporcionadas, incluida la orden de arresto de Baréin y la orden judicial para Hakeem, quien fue condenado por las leyes de Baréin", remarca el documento.
El tribunal ha fijado la próxima vista del proceso el 22 de abril, después de que este lunes Hakeem rechazara la extradición voluntaria y concediera 60 días a la defensa para presentar su alegato.
Exteriores urge a que Australia y Baréin encuentren mediante conversaciones bilaterales una solución mutua y satisfactoria para todos.
Tailandia no es signataria de la Convención de la ONU para los refugiados, y ha sido criticada con anterioridad por enviar a refugiados y solicitantes de asilo a países donde se enfrentan a persecución e incluso a tortura.