Andrea Montolivo
Roma, 18 feb .- Los clubes españoles han sido en los últimos años la principal fuente de disgustos en territorio europeo para el Juventus, que visitará este miércoles al Atlético Madrid en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones.
Intratable en la Serie A italiana (Primera División), en la que es líder invicto con trece puntos de ventaja sobre el segundo, el Juventus se prepara para reanudar su pugna por Europa en el Wanda Metropolitano, el mismo campo al que espera regresar en mayo, al ser el teatro de la gran final.
Para hacerlo deberá cambiar la dinámica en sus enfrentamientos contra conjuntos españoles, después de que su camino europeo se acabara contra equipos de este país en tres de las últimas cuatro temporadas.
Esta racha negativa se abrió en la final de la Champions de 2015, en el Olympiastadion Berlín, cuando el Juventus se rindió 1-3 contra el Barcelona del técnico español Luis Enrique Martínez, actual seleccionador español.
Era el Juventus del argentino Carlitos Tévez, del español Álvaro Morata, el francés Paul Pogba o el chileno Arturo Vidal y no pudo contra un Barcelona que terminaría esa campaña con el triplete: Liga española, Copa del Rey y Liga de Campeones.
Los catalanes se adelantaron en el marcador con el croata Ivan Rakitic y, tras el momentáneo empate de Morata, sellaron el triunfo en la segunda mitad con dianas del uruguayo Luis Suárez y del brasileño Neymar Junior.
Tras despedirse de Europa el año siguiente contra el Bayern Múnich en los octavos de final, el Juventus volvió a clasificarse para una final de Champions en 2017 tras un brillante camino en el que también eliminó al Barcelona en cuartos de final con goleada 3-0 en Turín y empate sin goles en el Camp Nou.
Parecía ser el año correcto para devolver una Orejona a la hinchada turinesa, que la espera desde 1996, pero el sueño europeo se convirtió de nuevo en pesadilla, esta vez a causa del Real Madrid del técnico francés Zinedine Zidane.
El conjunto madridista, que ya se había coronado el año anterior en Milán contra el Atlético Madrid, arrolló al Juventus con un contundente 4-1 para levantar al cielo de Cardiff la duodécima Copa de Europa de su historia.
Aguantó un tiempo el Juventus, al acabarlo 1-1 con gol de chilena del croata Mario Mandzukic tras la momentánea ventaja del portugués Cristiano Ronaldo, pero se derritió en la reanudación ante los goles del brasileño Carlos Henrique Casemiro, Cristiano y Asensio.
Fue otro tremendo disgusto para los turineses, al punto que Allegri se planteó la idea de despedirse del club tras esa final, antes de reunirse y acordar su continuidad al frente del vigente campeón de Italia.
Recuperó motivaciones para volver a lanzarse el año pasado a por la Orejona. Sin embargo, el camino europeo volvió a estrellarse contra España, de nuevo el Real Madrid, y de la manera más cruel.
Pese a caer goleado 3-0 en la ida de los cuartos de final en Turín, ante una prestación legendaria de Cristiano, con golazo de chilena incluido, el Juventus estuvo a punto de completar una remontada épica en la vuelta del Bernabéu.
Un doblete de Mandzukic y un gol de Blaise Matuidi dieron una ventaja 3-0 al Juventus a falta de media hora para el final, pero los turineses no consiguieron dar el último paso y sucumbieron en el tiempo añadido después de un penalti transformado por Cristiano.
El meta Gianluigi Buffon perdió la calma y terminó expulsado por protestar airadamente al colegiado, el Juventus tuvo que digerir otro amargo disgusto tras rozar una hazaña histórica y el Madrid terminó coronándose en Kiev como rey de Europa por tercer año consecutivo.
Diez meses después, otro club español se cruzó en el camino del Juventus, esta vez el Atlético Madrid.
Fue un sorteo hostil para los turineses que, para acabar con su maldición europea, y española, invirtió 112 millones de euros este verano al incorporar a Cristiano y así tratar de alzarse con un trofeo que se le escapa desde 1996.
Se jugará en el Metropolitano el primer capítulo de una eliminatoria que dará su veredicto definitivo el 12 de marzo en el Allianz Stadium de Turín.