Rodrigo Zuleta
Berlín, 18 feb .- El actual entrenador del Liverpool, Jürgen Klopp, se cruza mañana otra vez en el camino del Bayern Múnich, en cuya historia tiene ya un papel importante pese a no haberse sentado nunca en el banquillo bávaro.
En la historia reciente del Bayern, Klopp estuvo en el banquillo rival en el momento de la más grande victoria de los bávaros -la final de la Liga de Campeones en 2013- y también en uno de los momentos de humillación más honda, el final de la Copa de Alemania de 2012.
En 2012 el Dortmund, con Klopp en el banquillo, vapuleó al Bayern con un 5-2 en el Estadio Olímpico de Berlín. Con esa victoria, el Dortmund de Klopp se llevó el doblete -la Bundesliga ya la había ganado- y dejó al Bayern sin títulos en esa temporada.
El presidente del Consejo Directivo del Bayern, Karlheinz Rummenigge, admitió tras ese partido que en Alemania había un equipo mejor que el Bayern lo que, dijo, había que "reconocer y corregir a la mejor brevedad posible".
En la temporada 2010/2011 el Dortmund ya le había arrebatado la Bundesliga al Bayern. En la final de la Liga de Campeones de 2013 vendría la revancha en Wembley con una victoria del Bayern por 2-1.
El mundo estaba otra vez en orden para los bávaros. "El Dortmund nos ha obligado a ser mejores", reconoció el delantero Thomas Müller después de aquella final. El Dortmund de Klopp, hubiera podido agregar pues había sido con la llegada de Klopp con la que había empezado el desafío desde el oeste del país.
Klopp había llegado al Dortmund procedente del Maguncia aunque antes había estado a punto de recalar en el Bayern.
Tras la última temporada de Ottmar Hiztzfeld en el Bayern, 2007/2008, Klopp recibió una llamada de Uli Hoeness.
Hoeness -los dos protagonistas han contado en varias ocasiones la conversación- le explicó que en la cúpula del club había dos candidatos para la sucesión de Hitzfeld y le preguntó si en caso necesario estaría dispuesto a aceptar una oferta.
Al final, aunque Klopp se había mostrado dispuesto a aceptar, el Bayern se decidió por el otro Jürgen, por Klinsmann, quien tuvo que marcharse antes de terminar la temporada.
Durante las dos temporadas en que el Dortmund dominó a su antojo la Bundesliga, los directivos del Bayern fueron interrogados en varias ocasiones acerca de si no se arrepentían de no haber fichado a Klopp.
Rummenigge explicaba que, aunque no se podían restarle méritos a Klopp, no era claro que en el Bayern él hubiera podido tener el tiempo y la tranquilidad para formar un equipo como el que armó en el Dortmund.
Klopp había llegado al Dortmund en 2008, después de que el Bayern lo descartase, que en ese momento era visto por muchos como un candidato al descenso.
En la primera temporada fue sexto, en la segunda quinto y después ganó dos Bundesligas en serie con un equipo hecho en buena parte a punta de fichajes de jugadores infravalorados y en parte recurriendo a la cantera.
Su primera víctima, en el banquillo del Bayern, fue Louis Van Gaal a quien la posesión de balón no le sirvió de nada ante el juego vertical del Dortmund. La segunda fue Jupp Heynckes quien, sin embargo, se desquitaría en 2013.
En todos caso, el Bayern perdió cinco partidos consecutivos ante el Dortmund de Klopp que llegó a convertirse en una pesadilla que se conjuró con el triple de 2013 con el que empezó una hegemonía sin precedentes del Bayern en la Bundeliga. Pese a la dominación de casi siempre, los bávaros nunca habían ganado seis consecutivas la Bundesliga.
Ahora Klopp se atraviesa otra vez en el camino del Bayern está vez en el escenario europeo y al mando del Liverpool. Además, parte como favorito en un buen momento de su equipo y en una temporada de altibajos del Bayern. Todo el marco insinúa un posible regreso de la pesadilla.