Es Noticia

Información de primera mano sobre Venezuela y Cataluña en Girona

David Álvarez

Girona, 25 mar .- El amistoso entre Cataluña y Venezuela disputado este lunes en Girona sirvió a equipos y aficionados para obtener información de primera mano sobre la situación política en el territorio del rival deportivo.

En el caso venezolano, quienes se acercaron a los integrantes de la selección vieron como algunos de los empleados que rodean a los futbolistas aprovechaban el contacto directo con catalanes para interesarse por la tensión de los últimos años.

Las numerosas 'esteladas', de cierto parecido a la bandera de las ocho estrellas, despertaron la curiosidad de los de Venezuela, no tanto de aficionados como de quienes trabajan para el combinado de aquel país.

En el caso de los seguidores que se acercaron a Montilivi, su mayoritaria residencia en Cataluña jugaba contra su interés por una situación que ya conocen.

En cambio, su evidente nacionalidad tanto por la lengua empleada como por las banderas y camisetas les convertía en blanco de las preguntas de los aficionados rivales.

La tensión política apenas se dejó entrever sobre el césped una vez comenzado el partido, aunque tampoco durante la ceremonia previa, en la que se apagaron luces, se dio las gracias a los asistentes a través los paneles luminosos, se tocaron tambores y se desfiló con lemas en favor del juego limpio.

Una coreografía con la presencia en el campo de dos banderas de grandes dimensiones de Cataluña y Venezuela dio paso a los himnos respectivos.

El primero fue el venezolano, que muchos de sus seguidores cantaron, algunos con el puño en alto, tras lo que recibieron el aplauso de todo el estadio, en el que se dieron cita este lunes 12.671 aficionados.

El himno de Cataluña fue coreado con todo Montilivi de pie y despedido con gritos de independencia y a favor de la puesta en libertad de los presos.

El otro foco de atención en este interés por la política paralelamente al fútbol estaba en el palco, donde, en ausencia del presidente catalán Quim Torra, la representación institucional recayó en los consellers Damià Calvet y Teresa Jordà.

Los goles y celebraciones demostraron en todo caso que si la curiosidad mata al gato, a ésta la supera el fútbol y que, cuando el balón se pone en marcha, se acaba el interés por la situación del vecino de asiento para poner toda la atención en lo que sucede sobre el césped.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar