La leucemia crónica, que tiene el entrenador del Sevilla, Joaquín Caparrós, según anunció él mismo ayer tras el partido con el Valladolid, tiene una progresión mucho más lenta que la aguda, que avanza más rápidamente, según detallan webs médicas especializadas en cáncer hematológico.
La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) describe la existencia de dos tipos de leucemias, agudas y crónicas.
Y la plataforma MedlinePlus, de los Institutos Nacionales de Salud y la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explica que mientras la leucemia aguda "progresa rápidamente", la crónica "progresa más lentamente".
Caparrós quiso aclarar ayer que su leucemia es crónica, está diagnosticada precozmente, no necesita tratamiento y no le impedirá trabajar.
La leucemia es un tipo de cáncer en la sangre que comienza en la médula ósea, el tejido blando que se encuentra en el centro de los huesos, donde se forman las células sanguíneas.
Hay dos tipos de leucemias crónicas: leucemia linfocítica crónica (LLC) y leucemia mielógena crónica (LMC).
La linfocítica es un cáncer de un tipo de glóbulos blancos llamados linfocitos. Generalmente, los síntomas aparecen lentamente y con frecuencia se detecta por medio de exámenes de sangre hechos en personas por otras razones o que no tienen ningún síntoma, señala MedlinePlus.
"Si se tiene LLC en estadio temprano, su proveedor solamente lo vigilará cuidadosamente. Por lo regular -añade la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos- el tratamiento no se administra en un estadio temprano".
Estas apreciaciones coinciden con los comentarios realizados por Caparrós: "Sabéis que me hierve la sangre roja, pero ha habido un pique entre la sangre blanca y la roja, y me han dicho que tengo una leucemia crónica".
Y añadió el entrenador del Sevilla: "No me impide ejercer mi profesión y estoy haciendo mi vida normal. No tengo ningún tipo de tratamiento, que se quede todo el mundo tranquilo".
El hematólogo Juan José Lahuerta, del hospital 12 de Octubre de Madrid, dijo anoche a EFE: "No es infrecuente que estas fases de indolencia se prolonguen durante años. Y si así ocurre, los pacientes pueden tener una esperanza de vida equivalente a la de la población normal".
"Aunque, en el momento actual, incluso en el caso de una transformación más agresiva, los tratamientos disponibles son eficaces y pueden llegar a lograr la remisión completa", añadió este doctor.