Carlos Mateos Gil
Madrid, 9 abr .- El día que el francés Zinedine Zidane puso fin a su primera etapa en el banquillo del Real Madrid, poco después de conquistar su tercera Liga de Campeones de manera consecutiva, se remontó meses atrás para referirse a un partido concreto como su peor momento en el cargo.
Podía haber elegido entre varias opciones pero no dudó en destacar la derrota por 1-2 sufrida en el estadio Santiago Bernabéu ante el Leganés en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, resultado que dejó fuera de la competición al conjunto blanco. Zidane definió aquel tropiezo como un 'fracaso' y 'un palo muy duro' a la conclusión del mismo y reconoció en su adiós que se quedó 'muy tocado'.
Aquella eliminatoria de nefasto recuerdo llegó en una situación delicada, en el marco de un torneo en el que el club tenía puestas muchas esperanzas. Estas habían permanecido intactas tras el choque de ida, donde los madridistas no firmaron una convincente actuación, pero lograron imponerse en los instantes finales con un gol de Marco Asensio.
Solo faltaba cerrar el pase como locales ante un contrario que llegaba sin nada que perder pero más centrado en la salvación que en objetivos ambiciosos como alcanzar la penúltima ronda copera.
Frente a un Real Madrid espeso, los visitantes comenzaron amenazando con un lanzamiento de falta de Beauvue que se estrelló contra el palo y posteriormente se pusieron por delante con un gran gol por la escuadra de Javier Eraso.
Por detrás al descanso, los blancos consiguieron igualar la contienda en el arranque de la segunda mitad por medio de Benzema. Sin embargo un cabezazo de Gabriel a la salida de un córner volvió a poner por delante al cuadro leganense.
A partir de ese momento fue un querer y no poder en gran parte debido a la buena actuación bajo los palos del argentino Nereo Chapagne, que sacó entre otras dos ocasiones claras de Karim Benzema y Sergio Ramos.
El traspiés quedó como un borrón, para muchos uno de los más importantes en la historia reciente de la entidad, y sembró serias dudas en torno a la plantilla pese a que esta acabó conquistando un título europeo que hizo que se diluyera la frustración.
Se fue Zidane y volvió meses después tomando el relevo de Julen Lopetegui y Santiago Solari. En ese intervalo cambió también mucho el Leganés, quien tuvo que dejar marchar a Asier Garitano para dar el mando a Mauricio Pellegrino.
Así las cosas reaparece una 'bestia negra' con nuevo rostro pero que ya este curso avisó de lo que es capaz de hacer al imponerse como anfitrión de nuevo en la Copa del Rey por 1-0 con gol de Martin Braithwaite, esta vez en el segundo enfrentamiento de la ronda de octavos de final.
Curiosamente, y por extraño que pueda parecer a estas alturas del campeonato, habrán cambiado las tornas y serán los blanquiazules quienes más se jueguen. Con la salvación casi en el bolsillo quieren agarrarse a sus opciones de la utopía europea ante un Real Madrid y un Zidane que ya miran a la próxima campaña pero que a buen seguro quieren saldar esa cuenta que quedó pendiente hace poco más de un año.