Manuel Sánchez Gómez
Londres, 13 may .- Felicidad, miedo, confianza, familia y fútbol, sobre todo, fútbol. Cuando Javi Gracia, entrenador español del Watford se sienta a hablar, no rehuye ningún tema y los toca con la misma pasión con la que dirige desde la banda.
A días de que los 'Hornets' salten a Wembley para intentar conquistar el primer título de su historia, la FA Cup ante el Manchester City, Gracia recibe a EFE en la ciudad deportiva del Watford.
Pregunta: ¿Cómo llega de fuerzas a este final de temporada?
Respuesta: A estas alturas de temporada, para ser sincero, uno está esperando el descanso, pero tenemos un partido que es tan importante que hay que hacer el esfuerzo hasta el final.
P: Volviendo a principios de temporada, ¿Se podría imaginar esto?
R: Cuando uno empieza siempre esperas lo mejor, que el año va a ser bueno y que vamos a disfrutar y creo que se ha conseguido. No sé si me atrevería a decir que íbamos a jugar una final o que íbamos a estar en el 'top ten' al final. Es algo que ha venido así como consecuencia del trabajo de mucha gente. Es un momento para que el club disfrute, los aficionados disfruten y nosotros vivamos esa experiencia.
P: Llegó en un clima de inestabilidad, a un equipo que no confiaba demasiado en sus entrenadores. Si nos retraemos hasta entonces, ¿llegar hasta esta situación se podría haber calificado como utópico?
R: Sí, es algo que se sale de lo habitual. La nómina de entrenadores de los últimos años es extensa y no es habitual que un entrenador comience una segunda temporada. Hacía muchos años que no se daba. No es habitual que renueve contrato como hice por cuatro años más.
P: ¿Qué le hace feliz de Watford?
R: A mí me gusta disfrutar de mi profesión y creo que aquí, en el día a día, tengo unas condiciones muy buenas para poder hacerlo. Cinco campos a mi disposición, un centro de entrenamiento muy recogido, muy privado, muy acogedor, con muchas posibilidades y también tengo un equipo con el que competir en la Premier League. A nivel profesional es un reto y también una oportunidad muy bonita para desarrollar mi profesión. Aparte de esto, creo que las condiciones de vida son buenas, mi familia está a gusto, mis hijos también. Las cosas más importantes se dan.
P: ¿Cómo es su día a día aquí?
R: No es muy diferente a un día en Kazán, como cuando estaba en Rusia, aunque sí que es cierto que las condiciones climatológicas son diferentes. Aquí llego sobre las 7 de la mañana, me voy muchos días sobre las 18.00... Preparo entrenamientos, preparo partidos, trato de ir mejorando el día a día del equipo. Comemos aquí, convivimos mucho y luego, cuando salgo, voy a casa, estoy con mi familia, con mis hijos.
P: Después de Kazán, sobrevivir a un invierno en Inglaterra tiene que ser pan comido.
R: Es lo que les comentaba aquí cuando me decían que si sabía lo crudo que era el invierno en Inglaterra y yo les dije que venía de Rusia que todo me parecía en cuanto al clima mejorar. Aquello era frío de verdad, -30 o -35 grados.
R: Entonces, ¿qué piensa cuando un jugador se queja del invierno inglés?
P: Creo que a veces hay que estar en situaciones malas para valorar lo bueno. Hay gente inteligente que no lo necesita y que sabe valorar las cosas, pero para la mayoría creo que no viene mal vivir experiencias duras para darse luego cuenta de la realidad. Aquí lo que más echo de menos es parte de mi familia, tengo a mi mujer y mis hijos, pero echas de menos a otros familiares, a los amigos. Esa calidez de la familia. Por lo demás, a todo te acostumbras, y creo que hay que estar agradecido a las cosas buenas que tenemos.
P: Eso también le habrá hecho más fuerte como entrenador.
R: Es un proceso de vida. Con la experiencia que cada uno tiene, quiero pensar que nos hacemos mejores. Todo te ayuda, a nivel personal, a nivel profesional, a intentar siempre ser mejor. De todo aprendes, de momentos difíciles aun si cabe, todavía más. Yo intento no necesitar vivir esos malos momentos para darme cuenta de las muchas cosas buenas que tengo.
P: ¿Y si cuando era joven le hubieran dicho que estaría aquí?
R: Impensable. Impensable, pero es como todo. Cuando empecé y dejé Pamplona con 17 o 18 años, me fui a vivir a Bilbao y fui a juveniles. Luego tres años en el segundo equipo e inicié mi carrera como jugador por toda España en diferentes equipos. Como entrenador también he estado en diferentes países. Yo me miro a mí mismo y digo que no me creo que con mi manera de ser o por cómo era.... Yo, que si hubiera podido jugar en Osasuna toda mi carrera, lo hubiera hecho... pero las situaciones de vida te van llevando. En Osasuna no juego, juego en diferentes equipos, como entrenador también... Me considero una persona muy familiar y he tenido que estar durante momentos de mi vida solo en algún sitio echándolos de menos, pero son partes de tu vida que vienen como vienen y hay que vivirlas.
P: ¿Ha cambiado ese Javi Gracia que salió de Pamplona al de ahora?
R: Hombre, creo que sí y creo que mucho. Todas las experiencias que he tenido me han hecho disfrutar mucho. Me he dedicado durante más de 30 años a jugar y a entrenar, y a hacer lo que realmente me gusta. Creo que he sido un privilegiado. Por supuesto que he ido cambiando, no solo por la madurez que te dan los años, también por el convivir con tanta gente tan diversa, que creo que te abre mucho tus ideas, amplía tu cabeza y te hace ver cosas que de otra manera no podrías ver.
P: Viendo el homenaje a David Ferrer en el Masters de Madrid, decía Ferrer que nunca había podido ganar Madrid, ni un Grand Slam, pero que eso daba igual, que los trofeos son solo metal, que con lo que se queda era con los recuerdos.
R: Sí, sí, con los amigos que tenía, hizo referencia a los tenistas con los que había jugado... Lo vi, además me parece un gran deportista. Es cierto, a uno le gusta conseguir muchos trofeos porque es sinónimo de trabajo bien hecho, es reconocimiento por parte de los demás de lo que uno hace bien. Pero yo no necesito más trofeos para ser más feliz. Yo realmente soy feliz cuando veo que voy a los campos a defender al Watford y nuestra afición se siente orgullosa de su equipo, de cómo juega, de cómo pelea, con mejores o peores resultados. A mí me hace feliz eso, que la gente que confía en mí para un proyecto se sienta satisfecha a final de temporada. Lo demás es consecuencia de otras muchas cosas que no siempre dependen de ti.
P: ¿Con qué exigencia se va a una final de Copa?
R: Te digo que en esta liga hemos jugado doce partidos contra el 'top seis' y hemos perdido once. Esa es nuestra realidad. Veo en la final de la Champions al Tottenham y al Liverpool, en Europa League, al Chelsea y Arsenal, y me veo ahí con el Watford en una final de la FA Cup y somos el único equipo fuera de esos seis que tiene la oportunidad de pelear por algo. Es para sentirse orgulloso el hecho de estar. Luego, cuando uno está, es para dar lo máximo e intentarlo.
P: ¿Asusta el Manchester City?
R: Sabemos que es un gran equipo y que lógicamente es complicado, pero tanto como asustar... A este nivel entre los profesionales hay un gran respeto entre todos. Sabemos que cada uno tiene sus virtudes y sus defectos, y hay que intentar hacerlo de la mejor manera para exprimir nuestras opciones.
P: Entonces, ¿a qué le teme un entrenador en la vida cotidiana?
R: Pues como todas las personas... Al final todas las personas tienen inseguridades, miedos en determinados momentos, miedo a tomar una decisión... La diferencia está en la actitud en ese momento, en dar el paso, en tomar la decisión que crees que es correcta o en atreverte a hacer cosas que, en un principio, crees que no vas a ser capaz de hacer. Creo que ahí está la diferencia entre las personas. La gente que es un poco más decidida y valiente a dar un determinado paso y la que no se atreve, y ese miedo le puede paralizar. Todos tenemos sensaciones diferentes, la diferencia es la actitud.
P: ¿La confianza de la directiva con ese contrato a largo plazo ha limado esas inseguridades?
R: Creo que más que inseguridad lo que hace es reforzarte, no solo interiormente sino también exteriormente. Te da una autoridad frente a jugadores, al entorno, diciendo "eh, este entrenador va a estar más tiempo, no va a ser como los anteriores que han estado un ciclo corto". Eso genera un poco más de confianza en el entorno de cara a tu trabajo. Interiormente, nosotros sabemos que dependemos de resultados y que con un contrato largo siempre vas estar pendiente de ellos, por lo que no cambia mucho mi pensamiento de cuánto tiempo voy a estar, porque dependo de ellos.
P: Mauricio Pochettino dijo, en tono de broma, que si ganaba la Champions se iba porque iba a ser algo imposible de igualar. ¿Es usted tan dramático?
R: Intento vivir mis resultados con la mayor normalidad que pueda. No quiero sufrir en exceso cuando las cosas vayan mal y me niego a hacer grandes excentricidades cuando ganemos. Quiero darle normalidad a mi vida, normalidad a mi trabajo. Uno trata de ser lo mejor posible pero nada más.
P: Como entrenador, ¿cómo se viven unas semifinales como las de esta Champions?
R: Una de las cosas que me preguntó algún compañero inglés fue que qué me había parecido el partido (del Tottenham). Le dije que lo había disfrutado muchísimo, pero como entrenador lo había sufrido muchísimo. Muchas situaciones de descontrol, a tumba abierta, de mucho riesgo.
P: ¿Un entrenador se alegra más por el que pasa o sufre más por el eliminado?
R: Al final, depende de si tienes más vínculo con algún equipo u otro. Siempre deseas que a la gente que conoces le vaya bien. Desde luego, siempre tienes un cierto cariño por la gente que, sin conocer, ves que sufre, como es el caso del Ajax. Después de todo lo que han hecho que se queden fuera... pero por otro lado, conozco a Pochettino, conozco a Jesús Pérez, a Toni... Siempre te alegras también por ellos.
P: ¿En el futuro le llamaría volver a España?
R: A España voy a volver, eso 100 %. No sé cuándo, porque tengo un contrato largo aquí. Nunca sabes lo que va a pasar, pero voy a volver. Aunque ahora mismo ni me lo planteo.
P: ¿Qué le queda por probar a Javi Gracia después de haber pasado por Grecia, España, Rusia e Inglaterra?
R: Mi motor es el ser feliz. A mí no me importa estar en un sitio u otro. Si mañana creo que voy a ser más feliz en no sé dónde, pues allí iré. Luego lo principal para mí es mi familia. Si a ellos los veo bien y están dispuestos a vivir otra experiencia o me tiran más para volver a casa pues volveremos a casa. Mi preocupación no es qué voy a hacer en el futuro sino disfrutar el día a día y mi presente.
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