Andrea Montolivo
Roma, 28 jun .- La selección de Alemania sub-21, vigente campeona del Europeo de categoría y rival de España en la final de este domingo, se luce por gran técnica y un estilo de juego vertical que tiene a Gian-Luca Waldschmidt como intratable terminal ofensivo.
El seleccionado alemán, que hace dos años le negó la corona europea a España en el Europeo polaco, encadenó su segunda final consecutiva en este torneo y llega al estadio Dacia Arena de Udine como invicta, tras ganar tres partidos y empatar uno, y con la mejor delantera del torneo.
Impulsados por siete goles de Waldschmidt, delantero de 23 años de propiedad del Friburgo alemán, los chicos del seleccionador Stefan Kuntz acabaron primeros el grupo B, por delante de Dinamarca, Austria y Serbia, y se impusieron por 4-2 a Rumanía en las semifinales.
Tras una fase de grupos completamente dominada, tuvieron que sufrir para eliminar al seleccionado rumano, auténtica revelación de este Europeo. Perdían 1-2 al descanso, antes de que Waldschmidt y Nadiem Amiri rescataran al equipo en una asombrosa reanudación.
El equipo teutón cuenta con gran fuerza física en defensa, en la que tres de los cuatro zagueros rozan o superan el metro y 90 de altura: los centrales Jonathan Tah (1,95 m.) y Timo Baumgartl (1,89) y el lateral derecho Lukas Klostermann (1,89). El carril izquierdo lo ocupa Maximilian Mittelstadt, del Hertha Berlín (1,79).
Y es que del centro del campo para arriba Alemania cuenta con jugadores de altísima calidad técnica y que aman desarrollar el juego en vertical.
Maximilian Eggestein es el perno bajo, y equilibra el juego para una línea de tres cuartos de gran dinamismo, habitualmente formada por Mahmoud Dahoud (Borussia Dortmund), Levin Oztunali (Bayer Leverkusen) y Florian Neuhaus (Borussia Monchengladbach).
Nadiem Amiri (Hoffenheim) y Waldschmidt, protagonistas con dos goles cada uno contra Rumanía, se mueven en la delantera, abriendo a menudo su posición para permitir las profundizaciones de los centrocampistas.
Waldschmidt es la estrella absoluta para el técnico Kuntz. Zurdo puro, lleva el número 10 aunque actúa como un número 9 letal: marcó en los cuatro partidos disputados y vive un momento de forma sobresaliente.
Firmó una auténtica maravilla desde 30 metros contra Austria en la fase de grupos, y estuvo implacable este jueves en la semifinal ante Rumanía al transformar el penalti del momentáneo 2-2 y una gran falta directa en el 90 para el 3-2, antes de que Amiri certificara el pase de ronda.
Tras la tempranera eliminación de la selección absoluta alemana en el Mundial de Rusia 2018, esta selección sub-21 representa el futuro del movimiento futbolístico germano y busca encadenar su segundo título de categoría consecutivo.
Hace dos años, en Polonia, un gol de Mitchel Weiser al borde del descanso fue suficiente para doblegar a España y los chicos de Kuntz deberán defender este año su trono de la presión de una Roja que llega a la final hambrienta y sin miedo.
No dudó en definirla como una "revancha" Fabián Ruiz el jueves tras la goleada española a Francia, convencido de que su equipo cuenta con la madurez y el talento suficiente para sorprender al vigente campeón.
Para España sería la guinda a un largo camino realizado por unos jugadores que llevan conociéndose y compitiendo juntos desde hace años, tal y como reconoció Marc Roca en conversación con EFE el jueves en Reggio Emilia.
"Alemania es un rival potente, una selección muy buena y será complicado. Nosotros tenemos que estar mentalizados en que tenemos que hacer un gran partido. Llevamos muchos años trabajando juntos y el Europeo sería la coronación de un largo camino juntos", aseguró el centrocampista español, resumiendo el sueño de todo el vestuario.