Miguel Ángel Moreno,Salvador (Brasil), 29 jun (EFE).- Entre lágrimas en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía, inconsolable, tapándose con la camiseta en la mano, Luis Suárez cerró su paso por la Copa América, que se acabó para Uruguay desde el punto de penalti, donde su goleador esta vez no estuvo acertado.,Ironías del fútbol, a uno de los goleadores de esta Copa América le frenó en seco uno de los guardametas más goleados, el peruano Pedro Gallese, que venía de encajar un 0-5 ante Brasil pe
Miguel Ángel Moreno
Salvador (Brasil), 29 jun .- Entre lágrimas en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía, inconsolable, tapándose con la camiseta en la mano, Luis Suárez cerró su paso por la Copa América, que se acabó para Uruguay desde el punto de penalti, donde su goleador esta vez no estuvo acertado.
Ironías del fútbol, a uno de los goleadores de esta Copa América le frenó en seco uno de los guardametas más goleados, el peruano Pedro Gallese, que venía de encajar un 0-5 ante Brasil pero adivinó a la perfección que su disparo en el primer lanzamiento de la tanda, tomado con mucha carrerilla, más allá del borde del área, iba a ir al palo derecho de su portería.
Suárez corrió hacia el balón, golpeó fuerte en la carrera al esférico, que tuvo potencia pero no la suficiente para superar a un Gallese que comprendió rápidamente hacia dónde iba el lanzamiento y dónde colocarse para repelerlo con su cuerpo, generando así una ventaja para Perú que fue definitiva, porque ninguno de sus compañeros falló.
Fue el cierre a la temporada del goleador charrúa, pero muy lejos de donde él habría deseado. Su final soñado era en el Maracaná de Río de Janeiro donde se jugará la final de la Copa América, levantando su segundo título en este torneo, tras el de Argentina 2011.
"Tengo 32 años y puede ser una de mis últimas Copas América. Con la misma ilusión que jugué la de 2011, en la que tenía el sueño de que mi hija pueda decir que Papá es campeón de América, tenemos la misma sensación", manifestó el delantero antes del primer partido, la goleada contra Ecuador (4-0) en el Mineirao de Belo Horizonte donde fabricó el primer gol y marcó el tercero.
Tras ese inicio, Suárez marcó también, de penalti, ante Japón para la primera igualada en un partido que acabó 2-2, en un partido en el que hizo 11 remates, tres de ellos a puerta.
Ante Chile en el último partido del grupo -el que podría haber sido su rival de haber pasado a semifinales- pasó mucho más inadvertido: sin remates, generó una oportunidad a sus compañeros y tocó 31 balones.
Contra Perú sí tiró a puerta: un disparo suyo en el minuto 24, repelido por Gallese, le puso franco un gol a Edinson Cavani que el 'Matador' envió a las nubes. En el 35 caracoleó en el área pidiendo un penalti sin éxito, cuatro minutos después intentó tocar un córner lanzado por Giorgian De Arrascaeta desde el suelo...
Siguió en la segunda, recogiendo un mal disparo de Lucas Torreira para facilitarle un gol a Diego Godín que se marchó por poco, luchando un balón para pasar al espacio a Cavani que marcó, pero el tanto fue anulado por fuera de juego...
E incluso marcó, en el minuto 72, a pase desde la izquierda del lateral Martín Cáceres, un gol que se fue a celebrar a la esquina izquierda del ataque uruguayo, pero que como todos los tantos celestes anteriores fue anulado por fuera de juego y confirmado por el videoarbitraje.
En la tanda de penaltis, se cerró con lágrimas una temporada de un final amargo, muy amargo para Luis Suárez, pese a la Supercopa de España y el trofeo de LaLiga Santander, logrados ambos con el Barcelona.
El delantero charrúa llegó a Uruguay tras sufrir una lesión en el menisco de su rodilla derecha en el momento más duro para su equipo, la derrota por 4-0 en Anfield Road ante el Liverpool y la eliminación de la Liga de Campeones.
"Después de la eliminación de Champions, quería desaparecer del mundo. Fueron los peores días de mi vida y mi carrera junto a los del Mundial de 2014", admitió el delantero en una entrevista al canal televisivo Fox Sports.
Tras el paso por el quirófano, la derrota del Barcelona en la Copa del Rey ante el Valencia (1-2) hizo que el punta charrúa tuviera que aclarar la necesidad de su operación.
"Estaba mal. La gente no sé si sabe lo que es tener el menisco roto, es imposible seguir jugando", explicó al inicio de la Copa América.
Con esas intenciones acudió a una Copa América emotiva para él, con el objetivo de volver a ganar con la 'Celeste' y mostrar a sus hijos un triunfo continental con la camiseta charrúa. El objetivo se quedó en Salvador de Bahía, tras un infausto lanzamiento de penalti para Luis Suárez, envuelto en lágrimas en la eliminación de Uruguay.