David Ramiro
Madrid, 16 ago .- El fútbol japonés está experimentando una notable mejoría en los últimos años y, del goteo puntual de jugadores nipones en España, se ha pasado a una llegada frecuente de futbolistas que están haciendo que suba el nivel del país asiático con una revalorización deportiva y económica del sector.
El 16 de enero de 2000 fue un día histórico para el fútbol japonés. Shoji Jo, procedente del Yokohama Marinos, disputó su primer partido en la máxima categoría del fútbol español con el Valladolid frente al Numancia. De esa manera se convirtió en el primer japonés en jugar en la Primera División española.
Antes, en 1996, Nobuyuki Zaizen pudo hacerlo, puesto que fue el primer japonés en llegar a un equipo de Primera, al Logroñés, pero no llegó a debutar debido a que no se le inscribió para la Liga por exceso de extracomunitarios. Solo Sotaro Yasunaga, con el Lleida en la campaña 1997/1998 y en Segunda, había jugado en España.
Desde entonces, el fútbol español ha contado algunas temporadas con algún representante japonés, aunque no ha sido hasta los últimos años cuando la Liga española ha mirado con más ahínco hacia el país nipón.
Akinori Nishizawa (Espanyol), Hiroshi Ibusuki (Girona y Sevilla), Kenji Fukuda (Castellón, Numancia y Las Palmas), Yosuke Ideguchi (Cultural Leonesa), Daisuke Suzuki (Nàstic), Hiroshi Kiyotake (Sevilla), Mike Havenaar (Córdoba), Akihiro Ienaga (Mallorca), Yoshito Okubo (Mallorca) y Shunsuke Nakamura (Espanyol) han sido algunos de los jugadores que han pasado por la Liga española.
Ellos abrieron el camino aunque en los últimos años dos jugadores han terminado de derribar la barrera que faltaba para que el jugador japonés triunfara al más alto nivel en España.
Takashi Inui llegó al Eibar en agosto de 2015 procedente del Eintracht de Fráncfort. Lo hizo con la vitola de futbolista exótico y apuesta de la dirección deportiva por un jugador desconocido para el gran público pese a su paso por la Liga alemana.
A España llegó Inui con un valor de mercado, según el portal especializado Transfermarkt, de 2,5 millones de euros y su valor se dobló tres años después con su traspaso al Betis, cuya presentación se hizo en la Embajada de España en Japón.
Lo mismo ha pasado con Gaku Shibasaki, que llegó al Tenerife en enero de 2017 procedente del Kashima Antlers. Unos meses después, en julio, fue fichado por el Getafe, club con el que en 2018 alcanzó los tres millones de euros de valor de mercado, su cenit hasta el momento.
Los dos jugadores fueron los protagonistas del homenaje que la Liga española rindió a Japón el 9 de diciembre de 2017 en el Coliseum Alfonso Pérez. Hicieron el saque de honor junto al patinador Javier Fernández, un ídolo en el país nipón, y los futbolistas salieron al césped por un arco en el que se leía el lema 'Hello Japan'.
La repercusión mediática en Japón ha sido enorme los últimos años con Gaku e Inui y de sus andanzas en la Liga española dan buena cuenta un nutrido grupo de periodistas que los acompañan por todos los campos donde juegan informando para una audiencia millonaria.
Esta temporada les acompañará en España una de las promesas del fútbol japonés que está ilusionando a la afición nipona: Takefusa Kubo.
A sus dieciocho años el japonés ha fichado por el Real Madrid, con la dimensión planetaria que ya tiene de por sí, y ha dejado muy buenas sensaciones en la pretemporada a las ordenes de Zinedine Zidane, por lo que en Japón está causando revuelo su llegada a España.
Otra apuesta de futuro es Hiroki Abe, que ha llegado con veinte años al Barcelona B como apuesta de futuro del conjunto catalán, puesto que de momento está previsto que juegue con el filial. Solo vestir la camiseta azulgrana y entrenar en ocasiones con algunos de los mejores jugadores del mundo es un logro que hace unos años era impensable para el aficionado japonés.
En Europa sí han hecho carrera futbolistas japoneses que ahora llegan a España con una buena trayectoria y que arrastran una gran audiencia televisiva y de marketing por su condición de referencia.
Uno es Shinji Okazaki, que a sus 33 años ha llegado a Málaga como fichaje estrella tras jugar en el Mainz y el Stuttgart alemanes y en el Leicester inglés, con el que fue campeón de la Premier en 2016 como titular con Claudio Ranieri en el banquillo.
En Japón es un ídolo y con la selección nipona Okazaki ha disputado 119 partidos y tres Mundiales.
El otro es Shinji Kagawa, 97 veces internacional con Japón, ganador de dos Bundesligas alemanas con el Borussia Dortmund y una Liga inglesa con el Manchester United. Ha fichado por el Real Zaragoza tras disputar dos Mundiales y siendo el futbolista nipón con más participaciones y goles en competiciones europeas.
Kagawa llega a España tras rebajarse su sueldo para liderar a un equipo que no quiere pasar apuros y sueña con el ascenso a Primera, una categoría que se sigue, y mucho, por televisión e internet desde Japón.
También está ayudado para la internacionalización la Liga española el trabajo que se está haciendo desde la entidad que preside Javier Tebas, que recientemente viajó al país nipón para nombrar embajador del campeonato a Andrés Iniesta, estrella del Vissel Kobe.
La importancia del mercado japonés a nivel económico es enorme y un ejemplo es que la pasada temporada el Eibar-Real Madrid se disputó a las 13 horas, pensando en la diferencia con el país asiático y su horario de máxima audiencia.
Ese día, además, el Eibar llegó a un acuerdo con la empresa nipona Lawson Ticket, cuyo logotipo lucieron los jugadores en una de las mangas de su camiseta. No ha sido la única empresa en entrar en el mercado español a través del fútbol, puesto que Hiroki (Eibar) o Rakuten (Barcelona) son otros ejemplos. EFE.