El Salzburgo dio un paso de gigante para disputar por segundo año consecutivo la fase de grupos de la Champions League al vencer este martes por 1-2 en su visita al Maccabi de Tel-Aviv.
Apenas habían transcurrido nueve minutos cuando el conjunto austríaco ya marchaba por detrás en el marcador (1-0), tras una contra del Macabbi que resolvió con una bonita vaselina el centrocampista Dan Biton.
Un tanto que no varió la filosofía de los del estadounidense Jesse Marsch, que volvió a mostrar el mismo juego atrevido y vertical que ya le convirtió el pasado año en una de las grandes sorpresas de la fase de grupos.
Pero si la idea de juego no ha variado en el equipo austríaco, la salida de jugadores como el japonés Taukimi Minamino y, sobre todo, del delantero noruego Erling Haaland han lastrado su efectividad ante la portería rival.
Quedó demostrado en una primera mitad en la que el Salzburgo, pese a insistir una y otra vez sobre él área rival, no fue capaz de superar a la defensa del conjunto hebreo.
So und nicht anders! DAS ist Mentalität. 1/2 ☑️ #neverstop
_________#MTVSAL 1-2 #UCL pic.twitter.com/2hCOuhZbv0— FC Red Bull Salzburg (@RedBullSalzburg) September 22, 2020
El panorama cambió por completo en la segunda mitad, en la que los austríacos dieron la vuelta al tanteador con goles del húngaro Dominik Szoboszial, que firmó el 1-1 a los 49 minutos de penalti, y del japonés Masaya Okugawa, que estableció el definitivo 1-2 en el 57.
Si el Salzburgo hizo valer su mayor experiencia continental sobre el Maccabi, el Krasnodar ruso se acercó a la posibilidad de disputar por primera vez la fase de grupos de la máxima competición continental al derrotar este martes por 2-1 al PAOK griego.
Un triunfo que tuvo un nombre propio, el del internacional francés Remy Cabella, que provocó a los 39 minutos el penalti que permitió al conjunto ruso igualar la contienda y firmó en el 70 el tanto de la victoria local, al remachar a la red un balón suelto en el área.
El resultado dejó sin premio la buena puesta en escena del PAOK, que, pese a errar un penalti a los 6 minutos, logró adelantarse en el 32 con un tanto del centrocampista Dimitris Pelkas, que se resarció de esta manera de su error en el lanzamiento de la pena máxima.
Una primera buena media hora a la que tendrá que aferrarse el conjunto griego para tratar de dar el próximo miércoles en Salónica la vuelta a una eliminatoria entre dos equipos que nunca han disputado la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Todo lo contrario que el Slavia de Praga, que el pasado curso pudo escuchar los acordes del himno de la Champions en el Eden Arena de la capital checa.
Aunque para ello, el Slavia deberá mejorar notablemente su actuación con relación al partido de ida, en el que los checos no pudieron pasar del empate (0-0) ante el Midtjylland danés.
Ni la mayor posesión del balón ni la insistencia de los locales por buscar la portería rival sirvieron al Slavia de Praga para superar al equipo danés, que apenas concedió claras ocasiones de gol a su rival.
De hecho, las mejores ocasiones del partido fueron para el Midtjylland, que vio cómo en la segunda mitad el guardameta local Ondrej Kolar desbarató con dos buenas intervenciones un cabezazo de guineano Sory Kaba y posteriormente un remate de Erik Sviatchenko tras aprovechar un rechace en el interior del área.