Este lunes se conoció la sentencia por la cual dos exjugadores del filial de El Palo fueron condenados a una pena total de 20 años de cárcel por un asesinato en grado de tentativa a Samuel Galán en un partido celebrado en San Ignacio el 20 de marzo de 2016. Igualmente, los acusados deberán indemnizar a la víctima con 68.894 euros, además de no poder acercarse a Samuel, que el día de los hechos defendía la camiseta del Alhaurín de la Torre B ni lugar que frecuente a una distancia no inferior a 1.000 metros durante once años. El propio Samuel, que recibió dos puñaladas -una cerca del corazón- y que ha perdido calidad de vida y requiere de valoraciones periódicas desde entonces, valoró la sentencia y explicó su actual situación en una entrevista en Cope Málaga.
"¿Si se ha hecho justicia? Hay muchas maneras de mirarlo. Sí, se ha hecho. Pero lo que pienso personalmente prefiero guardármelo para mí. Acato la justicia pero lo que opino prefiero quedármelo para mí", dijo Samuel, que prefiere pensar en disfrutar de la vida: "Cuando te pasa una cosa de este calibre te hace ver la vida de diferente manera. Una cosa que hago es que disfruto de cada día como si fuera el último, tomártelo con alegría. Yo era un poco así pero esto me ha hecho serlo el doble".
Físicamente señaló encontrarse "normal", aunque con ciertas precauciones "con la comida" y "haciendo ejercicio de forma moderada". "Lo de las secuelas es que el informe lo leí por encima. Había varias cosas, muchos apartados que no quise ni leer porque dan susto. Anualmente tengo revisiones", recordó Samuel, que explicó cómo fue el día que tuvo que ir a declarar: "Me he querido mantener al margen hasta el día que tuve que declarar. Pero la verdad sólo tiene un camino. No fue un plato de buen gusto ni para mí ni para nadie que esté en esas circunstancias. Pero mi abogado me ofreció tener un biombo y no ver a nadie, y eso hicimos. Escuché lo que dijeron ellos y ellos me escucharon lo que declaré yo".
A su vez, reconoció que tuvo que recibir "algo de ayuda" psicológica porque "en sitios de mucha gente no me fiaba de la espalda", siendo temas que ha ido "superando poco a poco". En el horizonte, la ilusión por vivir y la esperanza de algún día volver a un terreno de juego: "Siempre he tenido esa ilusión en la cabeza, pero uno se acostumbra hasta a no competir por mucho que me duela. Pero si me recupero del todo, si es posible, se intentará. Uno al final se quiere retirar no porque te pase nada, sino porque ya decidas que hasta aquí llegó".