De las grandes sensaciones dejadas en la Eurocopa 2020, eliminada solo desde la tanda de penaltis de semifinales por la campeona Italia, y el soplo de buen fútbol en la fase final de la Liga de Naciones, subcampeona, cediendo únicamente ante un gol repleto de polémica de Kylian Mbappé, España se traslada a una fase de clasificación convertida en pesadilla, con la obligación de ganar a Grecia en Atenas antes de jugarse ante Suecia la plaza de Catar 2022.
La reconstrucción de la España de Luis Enrique se somete a un examen final en el momento de mayor apuro en su doble etapa como seleccionador. El desprestigio de caer a una repesca envenenada, con tres plazas a repartir entre doce equipos a partido único, es la amenaza que llama a la puerta de la selección si no sale airosa de sus duelos ante Grecia y Suecia, convertidos en 'finales'. La presión es máxima.
Pocos podían imaginar el valor de un inicio con tropiezo en el empate cedido ante Grecia en Granada. Aquel ejercicio de impotencia ante un rival con planteamiento defensivo, de esos que se le atragantan a una España que brilla ante los grandes y pierde identidad cuando se mide a rivales de menor entidad, se agravaría con la derrota, meses después, en Suecia.
Desde Alemania 1974 la selección española no se queda fuera de un Mundial. Once presencias seguidas, una presión añadida para un grupo golpeado por las lesiones que provocan un calendario insostenible. Luis Enrique, obligado a retocar su equipo tipo, sin la presencia de esos jóvenes valores que auguran un futuro brillante para la Roja y que se han adaptado con rapidez, pese a su corta edad, a la exigencia de las grandes citas. Pedri y Ansu Fati no estarán. Tampoco Ferran Torres, el máximo goleador, ni Mikel Oyarzabal, dos indiscutibles en el tridente ofensivo. Las bajas golpean a todas las líneas del campo, sin Eric García, Marcos Llorente, Yeremi Pino o Gerard Moreno.
Para reflotar la esperanza asoman regresos esperados, como el de Dani Carvajal tras año y dos meses apartado de la Roja por lesiones musculares, Dani Olmo ausente desde la Eurocopa o el retorno a la figura del 9, tras acudir a la fase final de la Liga de Naciones sin uno puro en la convocatoria. Pide galones Álvaro Morata de nuevo como referente, con opciones en el regreso de Rodrigo Moreno y la deseada llamada a Raúl de Tomás, el máximo goleador nacional de LaLiga Santander, al que las bajas de la convocatoria inicial le han dado un premio merecido.
España necesita gol, y lo ha tenido en sus diez últimos partidos en la que es segunda mejor racha de Luis Enrique, pero sobre todo demanda soluciones futbolísticas desde su 4-3-3 para superar el muro heleno en Atenas. Por ahí pasa la vuelta al equipo titular de Carlos Soler (dos goles en tres internacionalidades), que mandaría al banquillo a la última sensación, Gavi, que con 17 años dio una lección de personalidad ante la campeona de Europa y del mundo en la Liga de Naciones. Se mantendría en el once si Luis Enrique prescinde de Koke, pero el seleccionador tira de experiencia en un momento clave. Jordi Alba o José Gayà en el lateral zurdo, Carvajal o César Azpilicueta en la derecha, Pau Torres o Íñigo Martínez son las dudas por despejar en una defensa con nueva identidad para intentar dejar de ser el punto flaco del equipo.
Grecia recibe a España consciente de que se enfrenta al que considera "el mejor equipo del mundo", en palabras de su seleccionador, el holandés John van 't Schip, pero dispuesta a darlo todo en los dos últimos encuentros de la fase de grupos para lograr clasificarse, contra la Roja y Kosovo.
La selección griega llega con 9 puntos a la penúltima jornada de la fase de clasificación para la Copa del Mundo en Catar, cuatro puntos por detrás de España y a 6 de Suecia, quien lidera la tabla del grupo B. "Necesitamos llevarnos la victoria en las dos últimas jornadas. Tenemos que creer que podemos, aunque sabemos que la tarea no será fácil", declaró Schip.
Sin embargo, Schip no podrá contar esta vez con el capitán de la selección, Anastasios Bakasetas, puesto que el jugador del Trabzonspor Kulübü sufrió una lesión en la rodilla el pasado sábado en un partido de la liga turca y estará de baja por lo menos durante tres semanas.
Grecia también acumula otra baja en su línea de defensa tras la expulsión de Pantelís Hatzidiákos en el partido de la última jornada contra Suecia, en el que la selección helena perdió 2-0. Androutsos, de 24 años, se perfila como un posible sustituto para ocupar la posición, después de demostrar ser un jugador clave en los partidos contra Kosovo y Suecia en septiembre y ganarse el puesto de titular contra Georgia y Suecia en octubre.
España tendrá que superar a un portero en forma como Odisseas Vlachodimos, acostumbrado a brillar en el Benfica, que apenas ha encajado seis goles en las seis jornadas disputadas de la fase de clasificación. Sumado a la fortaleza defensiva griega, representan el primer examen en tres días decisivos.