Javier Pastore, jugador del Elche CF, ha sido sancionado con cuatro partidos de suspensión por el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). En total, son 10 futbolistas los sancionados para este fin de semana.
El centrocampista argentino fue expulsado en los instantes finales del partido entre el Elche y el Barcelona, según reflejó el árbitro canario Alejandro José Hernández Hernández en el acta por llamarle “hijo de puta” cuando estaba en el banco de suplentes.
— Javier Pastore (@Javi_Pastore) March 9, 2022
La acción pasó prácticamente inadvertida en el terreno de juego, ya que eran los momentos finales del partido, con mucho movimiento por parte de ambos equipos en la banda, y pareció inicialmente una amonestación al banquillo local.
El encuentro, además, estaba al máximo de tensión tras haber anotado el Barcelona el segundo gol de penalti por una mano de Barragán y, poco después, no conceder el colegiado una posible pena máxima en una acción similar a favor del Elche.
El Comité de Competición decidió imponer esta sanción de cuatro partidos al jugador argentino en aplicación del artículo 94 del Código Disciplinario.
Manolo Reina, guardameta del Mallorca, que también estaba en el banquillo en el encuentro contra el Celta, fue sancionado con dos encuentros por protestas al árbitro, en aplicación del artículo 120.
También han sido sancionados con un partido de suspensión por acumulación de amonestaciones en diferentes partidos Luis Ezequiel 'Chimy' Ávila (Osasuna), Iván Alejo (Cádiz), Nico González (Barcelona), Jorge Miramón (Levante), Álvaro García, Isi Palazón (Rayo Vallecano), Joan Jordán (Sevilla), Yunus Musah (Valencia); y por doble amonestación Hugo Mallo (Celta) tras desestimarse las alegaciones del club gallego.
En cambio, en cuanto al capítulo de incidentes de público del encuentro del Celta, en el que el colegiado consignó que había recibido el impacto de una canica de cristal en su cadera cuando se retiraba al túnel de vestuarios, el Celta alegó "que se trató de un niño al que, involuntariamente, se le cayó la canica en ese momento".
"En todo caso, lo que es evidente a juicio de este órgano disciplinario es que el incidente no alteró en modo alguno el orden del encuentro, que de otro lado ya había finalizado, por lo que no alcanza el umbral de gravedad necesario para que se deriven de él consecuencias disciplinarias para el club", apunta el Comité de Competición.