La muerte del colombiano Andrés Balanta, de 22 años, cuando se entrenaba con el Atlético Tucumán argentino, se suma a una larga lista de futbolistas fallecidos a causa de dolencias cardíacas mientras estaban en activo.
En España los seguidores del Sevilla y del Espanyol aún recuerdan en cada partido en sus respectivos estadios a Antonio Puerta y Dani Jarque, fallecidos por problemas de corazón. Antonio Puerta murió el 28 de agosto de 2007, a los 22 años, tres días después de desvanecerse sobre el terreno de juego del Sánchez Pizjuán durante un partido entre su equipo y el Getafe.
Dos años después, el 8 de agosto de 2009, falleció Dani Jarque, entonces capitán del Espanyol, con 26 años de edad, a causa de un infarto que sufrió mientras hablaba por teléfono en la habitación de un hotel de Coverziano (Italia).
Unos años antes, en junio de 2003, había muerto el centrocampista camerunés del Manchester City inglés Marc Vivien Foe, que sufrió un paro cardíaco durante un partido entre su selección y la de Colombia en las semifinales de la Copa de las Confederaciones, en Lyon (Francia).
En enero de 2004 murió en Guimaraes (Portugal) el internacional húngaro del Benfica Miklos Feher, de 24 años, a causa de un tromboembolismo pulmonar, durante un partido de Liga entre su equipo y el Vitoria de Guimaraes.
Entre los fallecidos también están Antonio de Nigris, jugador mexicano del Larisa griego, de 31 años, que murió en 2009; Gregoy Mertens, internacional belga Sub'19 y jugador del Sporting de Lockeren, que falleció en 2015; o Patrick Ekeng, camerunés de 26 años y jugador del Dínamo de Bucarest, que murió en 2016.
También el capitán del Fiorentina Davide Astori, que falleció en marzo de 2018 en la habitación del hotel de Udine (Italia) en la que se encontraba antes de disputar un partido de liga; el árbitro Víctor Hugo Hurtado, de 32 años, fallecido en mayo de 2019 cuando dirigía un partido de la División Profesional de Bolivia, en El Alto; o Jairzinho Pieter, de 31 años, portero de la selección de Curazao, que sufrió un infarto cuando estaba concentrado en Puerto Príncipe para jugar contra Haití.
Otros futbolistas tuvieron que dejar el fútbol debido a problemas de salud, casi siempre de origen cardíaco. Es el caso del argentino Sergio el Kun Agüero, que anunció su retirada en 2021, con 33 años y unos meses después de fichar por el Barcelona, después de que le detectaran una arritmia cardíaca.
También los problemas cardíacos retiraron al español Iker Casillas, campeón del Mundo y de Europa con la selección española y tres veces ganador de la Liga de Campeones con el Real Madrid. Casillas sufrió un infarto durante un entrenamiento con el Oporto, en mayo de 2019, cuando tenía 37 años, y anunció su retirada en agosto de 2020, después de un año y tres meses sin jugar.
Entre los que dejaron el fútbol también están el defensa francés Lilian Thuram, diagnosticado con una malformación cardíaca a los 36 años; el congoleño Fabrice Muamba, que sufrió un paro cardíaco durante un encuentro en 2012 y estuvo clínicamente muerto durante 78 minutos; el inglés Ryan Mason, retirado en 2018 un año después de fracturarse el cráneo durante un partido; o el español Rubén de la Red, que abandonó el fútbol en 2008, a los 25 años, meses después de sufrir un síncope durante un encuentro de la Copa del Rey.
Mejor suerte tuvo el danés Christian Eriksen, que en junio de 2021 protagonizó un episodio dramático en la Eurocopa cuando se desplomó sobre el césped del Parken de Copenhague tras sufrir un paro cardíaco durante el partido que enfrentaba a Dinamarca y Finlandia.
Eriksen se recuperó, le fue implantado un desfibrilador automático (DAI), y volvió a los terrenos de juego siete meses después de su grave percance. En marzo de este año regresó a la selección danesa y a los dos minutos de entrar en el campo marcó gol. Ahora se encuentra en Qatar, disputando el Mundial.