Sasha tiene 13 años. Desde meses, por culpa de la invasión de Rusia a Ucrania, vive en Córdoba alejado de sus padres y su hermano. Durante todo este tiempo no ha dejado de llamara su madre, Irina, a diario. Para contarle, entre otras muchas cosas, cómo es el CD Juanin y Diego, el club de Córdoba donde juega al fútbol desde que llegó de Kiev. Unos meses muy difíciles para ambos por la separación que han concluido con el reencuentro por sorpresa en pleno campo de fútbol. Hemos hablado con los dos y con la gente del equipo de fútbol y de su familia en Córdoba que ha hecho posible el milagro.
🇺🇦Nuestro futbolista infantil OLEKSANDR recibió el regalo de navidad que tanto meses llevaba pidiendo, su madre . Separados por el conflicto bélico y tras un duro viaje , llega el reencuentro. Imágenes que nos hacen valorar lo verdaderamente importante. 🇺🇦💙💪🏻💛🇺🇦 pic.twitter.com/Ioyd3S8jqx
— C.D Juanin y Diego (@CDJuaninyDiego) December 11, 2022
Sasha cuenta cómo fue el momento en que vio a su madre en pleno entrenamiento y a miles de kilómetros de donde él suponía que ella debía de estar. "Pensé que soñaba y que venía abrazarme", dice el pequeño que sueña también con ser futbolista. De él destaca su entrenador que pese a no tener transfer durante semanas no faltó a un solo entreno. Irina cuenta que le ve más mayor y que ha sido un alivio ver que está bien y que es feliz. Allí, en Ucrania, aún han quedado el padre y el hermano mayor de Sasha, que no están combatiendo pero que saben que en cualquier momento les pueden llamar a filas.
El pequeño Sasha cuenta que está feliz en Córdoba, que quiere trabajar duro y que sabe que si lo hace puede conseguir grandes cosas. Tan grandes como su mayor sueño, debutar en las Champions League o en un Mundial de fútbol. Para ello entrena cada semana, con el Real Madrid y el PSG como clubes referente. Y con Gareth Bale y Messi, sus ídolos, como ejemplos. Lo que a Sasha no le falta es madurez y tesón. Se nota en su relato de todo lo que está pasando. Con una calma extraordinaria relata que en su país también jugaba al fútbol pero que un día, de repente, sus partidos se vieron interrumpidos por sirenas de alarma de bombardeos rusos. Entonces, el fútbol se paraba y había que buscar lugar para esconderse.
Ahora, en Córdoba y a miles de kilómetros, Sasha podrá disfrutar de una Navidad junto a su madre. La sorpresa de su reencuentro da alas a Sasha para seguir mirando con optimismo al futuro.