Una vez más, el fútbol chileno queda manchado por los aficionados más radicales. El clásico entre Universidad de Chile contra Universidad Católica fue suspendido este domingo debido a los desórdenes, petardos y fuegos artificiales que lanzaban al campo los aficionados desde las tribunas del Estadio Municipal Ester Roa Rebolledo de Concepción.
Se celebraba el clásico entre ambos número 196 cuando, en el minuto 31 de partido, varios aficionados comenzaban a lanzar desde la tribuna de preferencia del estadio fuegos artificiales y petardos al terreno de juego. Estos hechos se saldaron con traumas acústicos para el cuarto árbitro, un camarógrafo, un policía y uno de los espectadores.
Suspendido por incidentes el clásico entre la Universidad de Chile y la U. Católica. Es una vergüenza que nos tengamos que privar de semejante espectáculo por este tipo de situaciones.pic.twitter.com/LkrveYHMOQ
— Pablo Giralt (@giraltpablo) April 30, 2023
Los acontecimientos provocaron la reacción del presidente chileno, Gabriel Boric, reconocido hincha del Universidad Católica, que a través de Twitter expresó su rechazo a lo ocurrido: "No vamos a dejar que un grupo pequeño de delincuentes se tome los estadios a costa de la gran mayoría que acude a ver un espectáculo en paz y alegría".
"Vamos a identificar y hacer caer todo el peso de la ley a los que provocaron esto y espero que no vuelvan a entrar a una cancha", añadió el mandatario. Aun no se sabe cuando ni donde se reanudará el clásico liguero.
No es la primera vez que Boric condena acciones de violencia en los estadios. El año pasado, tras reiteradas jornadas con graves incidentes, el presidente dijo que los clubes "tienen que hacerse cargo de los espectáculos" y "terminar todo tipo de vínculo" con organizaciones como las barras bravas. "Va a haber una intervención", anunció entonces.
El fútbol chileno ha registrado durante las últimas temporadas numerosos actos de violencia perpetrados por barras bravas, que sumados a la falta de control por parte de la Policía y los clubes han convertido los estadios en un territorio hostil.