La Guardia Civil, en el marco de la operación Monybet desarrollada en la provincia de Cádiz, ha desarticulado una organización criminal dedicada a amañar partidos de fútbol para estafar a las operadoras de juego. En la operación han sido detenidas cuatro personas. Entre ellas se encuentran los dos cabecillas y el portero y defensa de un club de fútbol. Además, hay 34 investigados. Entre ellos, seis son jugadores profesionales en activo de Tercera División. Por su parte, el resto son personas que facilitaban su identidad para hacer funciones de mulas del dinero.
La operación se inició en febrero del pasado año. Fue entonces cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento a través de la Junta Directiva del equipo de fútbol de Conil de la Frontera. Y es que su equipo, que se estaba jugando entrar en fase de ascenso, había jugado un final de temporada incoherente con lo realizado durante la primera fase de la temporada. La directiva había observado que algunos jugadores no estaban actuando con la profesionalidad que los partidos requerían. Fue esto lo que provocó sospechas de que estaban involucrados con apuestas deportivas.
Durante los registros realizados se han localizado 16.695€ en efectivo, varias cuentas de criptomonedas, documentación relacionada con apuestas y gran cantidad de material informático de telefonía móvil y almacenamiento. La organización habría obtenido beneficios en premios superiores al millón de euros. Además, se estima que habrían afectado a más de 30.000 personas por apuestas que realizaron de buena fe.
Lo primero que llamó la atención de los investigadores era el aumento desproporcionado de las apuestas realizadas a los partidos de este equipo durante la segunda fase de la temporada. También resulta significativo, además, que el importe apostado en esos partidos era muy superior al del resto de apuestas realizadas a otros partidos de fútbol.
El importe apostado en los partidos de este equipo era totalmente desproporcionado. Mientras que las apuestas realizadas a otros equipos eran entre 1 y 50 euros, las apuestas realizadas al Conil C.F. sobrepasaban, en la mayoría de ocasiones, los 300€ por apuesta realizada. Este es el límite que las casas de apuestas permiten realizar a los equipos de Tercera División. Es por eso que los apostantes realizaban varias apuestas repetidas con esta cantidad.
Para tratar de disimular sus actividades, camuflaban las apuestas “jugosas” entre otras apuestas previsibles y sin riesgo alguno para partidos de Primera División. De este modo no despertaban las sospechas de las casas de apuestas. Algo que podía acarrear el bloqueo de la cuenta. También apareció el uso de mulas de dinero. Es decir, personas que prestaban su identidad y realizaban estas apuestas para que la organización pudiera lucrarse. A cambio, estos recibían un porcentaje de los beneficios o información privilegiada para las apuestas deportivas.
Con toda esta información y tras realizar el visionado de los partidos sospechosos, se pudieron observar errores nada comunes en jugadores profesionales de Tercera División. Especialmente en los goles recibidos al Conil C.F. Tras las declaraciones realizadas a la plantilla del equipo se pudo constatar que todas las sospechas apuntaban al portero y a un defensa. Sin embargo, no descartan que otros dos jugadores también estén relacionados.
Los cabecillas de la organización que realizaban las apuestas fraudulentas estaban vinculados al mundo del fútbol profesional, realizando labores de asesor de pronósticos deportivos, conocidos como tipster. Estas personas eran un antiguo jugador de otro equipo gaditano y un entrenador de fútbol y tenían comprados al portero y a un defensa del equipo conileño, quienes recibían grandes beneficios por sus acciones o inacciones.
La operación ha sido coordinada por la Guardia Civil en Cádiz y la Fiscalía Anticorrupción de Audiencia Provincial de Cádiz, coordinada por el Juzgado número 3 de Chiclana de la Frontera.