El capitán de la selección francesa Kylian Mbappé, que fue una de las primeras voces de renombre en condenar la muerte del joven Nahel a manos de la Policía en Nanterre, lanzó una llamada a la calma ante los disturbios que atraviesa el país y pidió el cese de la violencia. Un mensaje al que le siguieron compañeros en Francia como Antoine Griezmann o Aurélien Tchouaméni, que también pidieron justicia.
"Desde este trágico suceso, hemos asistido a la expresión de una cólera popular cuyo fondo comprendemos, pero cuya forma no podemos consentir", indicó la gran estrella de Paris Saint Germain (PSG) y de la selección francesa, en un comunicado difundido en las redes sociales.
— Kylian Mbappé (@KMbappe) June 30, 2023
"Como muchos de nosotros procedemos de barrios populares, compartimos este sentimiento de dolor y tristeza. Pero ese sufrimiento se suma al dolor de asistir impotentes a un verdadero proceso de autodestrucción. La violencia no resuelve nada, y menos cuando se vuelve inexorable e incansablemente contra quienes la expresan", añadió el delantero de 24 años.
El mismo comunicado fue momentáneamente compartido también por su compañero Benjamin Pavard, con la indicación de que se trataba de un mensaje de toda la selección, pero este futbolista borró poco después la publicación, según difundió la prensa francesa. Tras el capitán de los 'bleus', otros compañeros como Antoine Griezmann o Aurélien Tchouaméni sí compartirían dicho texto.
Él mismo ya había alzado la voz públicamente en redes al día siguiente de la muerte del joven Nahel en Nanterre: "Me duele Francia. Una situación inaceptable".
Mbappé recordó hoy que los barrios que extrema tensión destruyen los alborotadores son los suyos propios y, en un contexto de "extrema tensión", los jugadores consideran que no pueden permanecer en "silencio". Por ello llaman al "apaciguamiento, la concienciación y la responsabilidad".
"La 'convivencia' a la que estamos apegados está en peligro, y es responsabilidad de todos preservarla. Hay otras formas pacíficas y constructivas de expresarnos. Ahí es donde deben centrarse nuestras energías y pensamientos. El tiempo de la violencia debe terminar y ser sustituido por un tiempo de duelo, diálogo y reconstrucción", reclama el comunicado.
Para la pasada noche, que es la cuarta consecutiva de disturbios en Francia, el Gobierno puso en la calle 45.000 policías con un dispositivo reforzado que incluye el despliegue de blindados ligeros de la Gendarmería.
Pese a ello, en las últimas horas se registraban ya incidentes graves y varias decenas de detenciones en lugares como Marsella y Lyon.
Nahel, un joven de 17 años y de ascendencia árabe, recibió un disparo mortal por parte de un policía el pasado día 27 cuando trataba de huir de un control policial en Nanterre, a las afueras de París.
Las imágenes del incidente, grabadas por testigos, desataron una fuerte indignación en el país, lo que degeneró en disturbios sobre todo en los barrios populares de las grandes ciudades y en el cinturón metropolitano de París.