El último caso de violencia en el mundo del fútbol ha vuelto a ser noticia después de que el agresor se quitase la vida. William Tapón, capitán del equipo La Cortada, había sido sancionado por la Agencia de Prevención de la Violencia al Deporte con el derecho de admisión de por vida a los estadios de fútbol después de agredir al árbitro Ariel Paniagua. Ocurrió en Avellaneda y el colegiado estaba dirigiendo un partido del fútbol amateur que se estaba jugando en el complejo de canchas de fútbol sintético "Estación 98". Un aficionado que estaba allí grabó la situación que terminó con el colegiado en el hospital.
El joven, que salió en los noticiarios deportivos de medio mundo, habría tomado la decisión de suicidarse después de que el vídeo fuese compartido en redes sociales y se convirtiese en viral. El cuerpo sin vida del futbolista se encontró en la madrugada del lunes, en las vías del tren a la altura de General Paz y Heredia. Según Infobae, las fuentes policiales confirmaron que el joven de 24 años se disparó con un arma de fuego en la cabeza.
El club subió el video de la agresión a las redes sociales, unas horas después el jugador, según las primeras informaciones, se suicidó de un disparo cuando iba a ser detenido por la policía.
Y TODO ESTO POR UN PARTIDO DE FÚTBOL. https://t.co/l0GfIePQHt
— 🆁🅴🅶🅻🅰18 (@reglaXVIII) July 18, 2023
William Tapón había sido sancionado por la Agencia de Prevención de la Violencia al Deporte con el derecho de admisión de por vida a los estadios de fútbol. Además, había sido imputado por “homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo”.
Antes de suicidarse, Tapón hablo sobre la agresión que realizó contra el árbitro y reconoció que le pidió disculpas. “Iban dos minutos del partido y le habían pegado a un compañero mío, y el árbitro no cobraba. Yo le decía ‘juez cóbrala, si la viste, estás a dos metros’, y me decía que no la veía. Seguimos jugando y seguimos jugando, pero no veía nada de ellos, y a nosotros a penas hacíamos una mal ya nos sacaba amarilla. Se me nubló, no fue queriendo, cuando me rescaté de lo que hice ya era todo distinto, ya ahora es todo distinto”.