La Fiscalía neerlandesa exigió este miércoles una pena de nueve años de prisión para Quincy Promes, futbolista del Spartak de Moscú y exjugador del Sevilla, por su presunta implicación en el tráfico de cocaína en dos cargamentos que viajaron desde Brasil hacia el puerto belga de Amberes en enero de 2020.
El Ministerio Público acusa a Promes y a otro sospechoso, ambos de 32 años, de “importar, exportar, transportar y poseer 1.362,9 kilos de cocaína oculta en un cargamento de sal marina procedente de Brasil” y habrían repartido la droga en dos contenedores para moverla en barco por Escalda Occidental (provincia neerlandesa de Zelanda) hasta el puerto de Amberes”.
La acusación pidió ocho años de prisión y una multa de 10.000 euros para el segundo sospechoso, también acusado de blanqueo de capitales.
El Equipo de Inteligencia Criminal (TCI) de la policía neerlandesa recibió información que indicaba que Promes, que vive en Rusia, estaba involucrado en el tráfico de cocaína, poseía teléfonos criptográficos y habría invertido 200.000 en el negocio ilegal, por lo que decidió iniciar una investigación criminal al futbolista, nacido en Ámsterdam.
“Se colocó un equipo de escucha en el coche del sospechoso y se le vigiló. La veracidad de la información de TCI fue confirmada, en parte, por los teléfonos incautados a otras personas en los que se encontraron conversaciones en las que participaban los sospechosos. Muchos mensajes de chat dejaron claro que ambos estaban involucrados en la entrada, retirada, transporte y venta de estos dos envíos”, señala la fiscalía.
La droga fue retirada de uno de los contenedores a finales de enero de 2020, mientras que el segundo contenedor pudo ser interceptado a tiempo por la policía belga.
"Es particularmente malo que el sospechoso que vive en Rusia normalice y casi idealice el tráfico de cocaína", señaló la acusación, que subrayó que esta droga “representa una grave amenaza para la salud pública” y advirtió de que este caso trata de “una cantidad tan grande que este lote debía ser destinado a una mayor distribución y comercio”.
Además, considera que Promes, al “tener dinero para invertir” en este negocio ilegal, “está en un escalón alto en la escala organizacional” del grupo de narcotraficantes.
En junio del año pasado, la Justicia neerlandesa sentenció a Promes a un año y medio de prisión por apuñalar y “causar graves lesiones físicas” a su primo en una rodilla durante una fiesta familiar en julio de 2020.
El Ajax, equipo para el que jugaba el internacional neerlandés cuando fue detenido en 2020, lo vendió dos meses después al Spartak de Moscú por 8,5 millones de euros más variables, casi la mitad de los 15,7 más variables que pagó al Sevilla, equipo en el que militó durante la temporada 2018/19.
El futbolista, que negó estar implicado en el tráfico de drogas, no participó en ninguno de los dos procesos judiciales y reside oficialmente en Rusia, donde juega al fútbol profesional desde 2021.