Luis Rubiales ya sabe que irá a juicio por el caso de Jenni Hermoso. El expresidente de la RFEF tenía que ir a recoger a sede judicial la citación que le envía a juicio por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones a la jugadora.
A su salida, ha rechazado contestar preguntas de los medios que le esperaban, pero sí ha querido expresar que sigue manteniendo su declaración ante el juez, en la que sostuvo que el beso, que entonces calificó de "anécdota", fue consentido, y que nunca presionó a la internacional para justificarlo públicamente.
"Cuando sucedieron los hechos que todos ustedes conocen, en la entrega de medallas de Sídney (Australia), hubo una única versión de dos partes. Pasados unos días, una de las partes cambió su versión. Yo voy a seguir manteniendo mi versión desde el principio hasta el final, porque es la verdad", ha manifestado.
Rubiales espera que "todo salga bien y que se haga justicia". Después de estas palabras ha abandonado la Audiencia Nacional acompañado de su letrada, Olga Tubau.
Rubiales será juzgado junto a tres de sus colaboradores cuando presidía la RFEF. El recién cesado exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la femenina Jorge Vilda y el que fuera responsable de Marketing de la Federación, Rubén Rivera. A estos la Fiscalía acusa de coaccionar a Jenni Hermoso para que justificase públicamente la actuación de Rubiales.
Todos menos Albert Luque, que recogerá la resolución más adelante en un juzgado de Tarrasa (Barelona), también han acudido a la Audiencia Nacional este viernes para cumplir con este último trámite formal antes del juicio. La fecha todavía no se ha fijado.
Con la notificación personal del auto de apertura de juicio oral, comienza a contar el plazo de 24 horas que el juez impuso a Rubiales para abonar la fianza para hacer frente a eventuales responsabilidades civiles en el caso de ser condenado: 65.000 euros por el delito de agresión sexual y otros 65.000 euros, pero en este caso de forma conjunta con los otros tres procesados, por el de coacciones.
El expresidente federativo afronta en la Audiencia Nacional una petición de la Fiscalía y las acusaciones de dos años y medio de prisión. Los otros tres procesados se enfrentan a un año y medio.