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La selección belga vuelve a saltar por los aires: Kevin de Bruyne se harta

Kevin de Bruyne en un partido con Bélgica (Europa Press)
Periodista que mezcla el deporte y el salseo.

La selección de Bélgica va de incendio en incendio. Hace unos meses, Thibaut Courtois anunció que dejaba la selección mientras siguiera el actual entrenador, Domenico Tadesco. Ahora sería Kevin de Bruyne el protagonista de una nueva guerra.

Los belgas cayeron derrotados en el partido de clasificación para la Nations League por 2-0 contra Francia. Al capitán se le vio contrariado y se le captó una conversación con Fran Vercauteren, asistente del seleccionador. "Lo dejo, lo dejo...", se le pudo escuchar.

Kevin de Bruyne, ¿otro caso Courtois?

En los medios belgas se está interpretando esto como un anuncio de que podría dejar la selección de Bélgica. Las rencillas entre entrenador y jugadores es evidente y tampoco han acudido a esta convocatoria Lukaku y Trossard. Tadesco argumentó que había sido una decisión técnica.

Todos estos desencuentros en el vestuario se trasladan al campo como se vio en el partido contra Francia. Kevin de Bruyne habló alto y claro sobre la imagen que el equipo había dado en el verde.

“Cuando no eres lo suficientemente bueno para llegar a lo más alto, tienes que darlo todo y yo ni siquiera vi eso. Puedo aceptar que no somos tan buenos como en 2018, soy el primero en decirlo, pero no puedo tolerar la forma en que jugamos esta noche. Fue inaceptable”, dijo el capitán.

Se está viendo de nuevo un vestuario roto, sobre todo con respecto a la relación con el entrenador. La afición tampoco estaría muy contenta con su labor y en varias ocasiones ha sido tendencia en redes #TadescoOut. No toleran cómo ha gestionado su relación con Courtois primero y ahora parece que también con De Bruyne. Además, se le suma los malos resultados y la imagen dada ante las selecciones grandes de Europa.

Kevin De Bruyne junto a Pep Guardiola (Cordon Press)

Francia se quita la espinita ante Bélgica

La selección francesa, que quería hacer olvidar ante sus aficionados el 1-3 sufrido frente a los italianos en París, jugó mucho mejor que hace tres días, con un ataque más dinámico y una defensa claramente más sólida.

Deschamps, en busca de fórmulas y de piernas frescas tras la pesadilla del viernes, dejó de inicio en el banquillo a Kylian Mbappé y Antoine Griezmann.

Bélgica comenzó creando peligro, con una presión alta y con De Bruyne y Openda muy incisivos, pero tras veinte minutos de dominio visitante Francia se fue asentando de la mano de un centro de campo muy activo y de la movilidad de sus delanteros.

Así llegó el primer gol francés. Kanté sirvió un balón a la derecha para Dembelé, cuyo disparo fue rechazado por Casteels para que Kolo Muani cazara el balón y marcara casi a placer.

Bélgica intentó reaccionar, pero fue Francia la que creó más peligro, con repetidos acercamientos al área de los 'diablos rojos'.

El segundo tiempo comenzó con una Bélgica algo más ambiciosa, sobre todo por la izquierda con Doku y De Bruyne, aunque sin mordiente en los metros finales.

Mientras, Francia buscaba sentenciar el partido en las contras. Kolo Muani, Koné y Dembelé tuvieron ocasiones que no materializaron, apoyados en las penetraciones de Koundé y Digne por los extremos.

Deschamps hizo cambios para mantener a Bélgica fijada, dando entrada nada menos que a Mbappé y a Barcola. A Griezmann le tocó el turno poco después.

Mbappé, con más espacios que ante Italia, estuvo más dinámico y protagonizó tres rápidos contrataques, bailando a la apurada defensa belga. El primero fue repelido por Casteels, el segundo lo resolvió con un remate demasiado cruzado y el tercero fue detenido por el meta rival.

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