Los rojiblancos, subcampeones de la pasada edición de la Europa League, se aseguraron la clasificación para el torneo gracias a su presencia en la final de Copa ante el Barça, que ya se había ganado el derecho a participar en la Champions League a través de la Liga. Un año antes, el conjunto rojiblanco solo tuvo que disputar una ronda previa a la fase de grupos, la extraña eliminatoria ante el Trabzonspor. El resultado del compromiso de la ida fue de empate a cero en San Mamés. El de vuelta fue suspendido a apenas 24 horas de su inicio debido a una sanción en cadena que acabó con los turcos en la Champions y los bilbaínos clasificados directamente para la liguilla del torneo continental.