En los cuatro amistosos que han disputado hasta la fecha se han observado varios matices. Durante los primeros, como es lógico en todo periodo de preparación, chirríaban acordes tanto en la sinfonía ofensiva como en la defensiva. La última prueba, ante el Slask, los rojiblancos mejoraron notablemente su nivel de contención a pesar de las numerosas bajas que están mermando la defensa. El Athletic logró mantener la portería a cero por primera vez en la pretemporada.
En ataque, en cambio, el ritmo de los leones sigue sin estar del todo acompasado. Falta controlar el tempo. Sus combinaciones ofensivas necesitan aumentar la velocidad para fomentar el factor sorpresa. El compromiso ante el solvente Lille reseñará las mejoras del equipo de Bielsa, que ha insistido especialmente en los remates desde su regreso del Polish Masters, en esta faceta.